Pero vayamos a los números. Desde que Larriera asumió el buzo blanquiazul, Concha y Cueva arrancaron juntos en el 50% de los partidos, una cifra que confirma la importancia de los dos volantes de creación para el técnico uruguayo. De hecho, Alianza Lima sumó 7 de 9 puntos posibles con ambos en cancha, convirtiendo cinco goles y recibiendo solo dos. Sin duda, la estadística sirve como foto del momento para graficar el rendimiento del equipo con Jairo y Christian; pero no determina el nivel de cada uno en tienda blanquiazul. Mientras Concha es el mejor jugador de Alianza en el Clausura, Cueva continúa sin encontrar su mejor versión. Entonces, ¿por qué funciona?
Larriera utiliza un 4-2-3-1 que le viene dando resultado en la Liga 1. De la defensa a la primera línea de volantes, no hay mucha ciencia en cuanto a la táctica y a los protagonistas. No obstante, sí lo hay en ofensiva. En el dibujo táctico, el uruguayo coloca a Cueva detrás de Hernán Barcos y a Concha por la banda derecha, de manera que ambos puedan jugar por esa zona. Si bien ambos tienen características similares en su juego, la función que cumplen es distinta. Concha termina siendo un enganche y no un extremo; mientras que Cueva retrocede, va con perfil cambiado y encara. Cada uno en lo suyo, dándole dinamismo a un Alianza que funciona, en mayor o menor medida, bajo esa idea. Y eso tiene satisfecho a Larriera.
- El último once de Alianza Lima
El plus de Jairo es que asume un rol protagónico en el equipo. Se le ve cómodo con la pelota. Recibe, distribuye y ataca de acuerdo a sus tiempos y a lo que pide el juego. Entiende cuándo acelerar y cuándo dar el pase al compañero. A eso le suma la marca, porque también es un apoyo para Jesús Castillo, quien en ocasiones pisa el área rival. Esa polifuncionalidad le permite a Concha destacar en cada partido y no ‘incomodarse’ con los movimientos que hace Cueva en el campo. No se ‘estorban’; al contrario, se complementan, algo que no pasaba con Salas, donde apenas jugaron juntos en cuatro partidos de los 23 que ‘Chicho’ dirigió en la Liga 1. Eso sí, el rendimiento de cada futbolista es individual.
El reto de Concha está en los últimos metros, cuando la jugada pide decidir en cuestión de segundos. Contra Unión Comercio, por ejemplo, el volante blanquiazul pisó el borde del área y el balón le quedó para pegarle con la zurda; pero optó por hacer la pausa y perfilarse a la derecha. Su remate no trascendió y Alianza perdió una ocasión favorable para estirar su ventaja en el marcador. Pese a ello, sigue siendo determinante con su juego en beneficio del equipo. En tanto, Cueva trata de trascender a su manera y recuperarse físicamente. Si lo logra, Larriera habrá sumado un recurso más para la etapa final del campeonato.
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