Roger Federer no tuvo compasión del británico Marcus Willis, el hombre que ha llenado portadas esta semana por su clasificación y por llegar a la segunda ronda de Wimbledon, siendo el 772 del mundo, al imponerse por 6-0, 6-3 y 6-4, en una hora y 25 minutos.
La expectativa que ha suscitado este zurdo profesor de tenis del Warwick Boat Club llenó de aficionados la pista central. Los seguidores no querían perderse la presencia de un británico de tan baja clasificación, que había tenido sobrepeso y perdido 25 kilos, y que había reconocido que podía haber sido algo más en su carrera si no le hubieran gustado tanto las fiestas, frente al gran Roger Federer.
Roger Federer: “Marcus llenó de emoción la cancha. Fue mu refrescante jugar con él”
Roger Federer, que nunca ha perdido un partido contra un jugador de tan bajo ránking (sólo ha cedido uno contra alguien situado entre los 250 primeros, el español Sergio Bruguera en Barcelona en 2000) se tomó el encuentro con tranquilidad y sonrisas, y aceptó de buen grado los cánticos que los seguidores británicos dedicaron a Willis.
Siete juegos consecutivos encajó Willis hasta que casi después de 30 minutos alzó los brazos como si hubiera ganado el partido, al hacerse por primera vez con su servicio. Luego, tras el 2-1 del segundo set, tuvo que llamar al fisio para recibir masaje en el hombro izquierdo.
Sabía que aunque perdiera ya había entrado en la historia, particular historia, al convertirse en el británico de más bajó ránking que ha ganado un partido individual en Wimbledon, y además se ha llevado un cheque por 50.000 libras, unos 60.000 euros por su extraordinaria aventura.
(EFE)