A poco de que se lleve a cabo la final de la Copa Libertadores, la incertidumbre se apoderó del mundo del fútbol. Las imágenes violentas que surgieron el jueves en la playa de Río de Janeiro, con los enfrentamientos entre seguidores de Boca Juniors y Fluminense; y el fuerte actuar de la policía brasileña, causaron inquietud ante la posibilidad de que la situación se agrave. Este viernes, tras una reunión convocada por Conmebol en la que participaron todas las partes, se anunció que la situación permanece inalterada: el estadio Maracaná contará con espectadores y se reforzarán las medidas de seguridad.
La Conmebol, encabezada por Alejandro Domínguez, convocó a dirigentes de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Fluminense y Boca Juniors. La intención de la convocatoria fue llegar a acuerdos para evitar la repetición de incidentes similares a los ocurridos el jueves en Río.