El pasado 11 de julio, luego del partido entre Universitario de Deportes y Corinthians por la ida de los play-offs de la Copa Sudamericana 2023, el expreparador físico de los ‘cremas’, Sebastián Avellino, fue detenido por la policía brasileña, debido a que fue denunciado por algunos hinchas locales por gestos discriminatorios. Tras comprobarse lo sucedido a través de unos videos difundidos públicamente, el proceso penal continuó en São Paulo, más allá de que el uruguayo fue liberado y regresó al Perú días después.
La denuncia llegó hasta el Grupo Especial de Lucha contra los Delitos Raciales y de Intolerancia (GECRADI) del Ministerio Público de São Paulo, por lo que solo era cuestión de tiempo para que se emitiera un dictamen definitivo. Así pues, esto se dio el pasado 1 de diciembre, ya que el Juzgado 29 Penal de Barra Funda estableció la obligación de que le ‘charrúa’ pague dos salarios mínimos brasileños (540 dólares) a una entidad pública de destino social.