El AT&T Center –antes SBC Center-, coliseo testigo de las grandes hazañas de Timothy Theodore Duncan (Tim Duncan) no volverá a ser el mismo. El hombre que convirtió este recinto en fortaleza legendaria e inexpugnable, ha decidido marcharse. Ha optado por darle descanso a un cuerpo que batalló durante 19 temporadas en la NBA y que conquistó 5 anillos, un legado tremendo que recibe una franquicia como la de San Antonio, que nunca se había alzado con un título hasta que, en 1997, proveniente del Draft, llegó ‘Timmy D’ para cambiar los destinos de este equipo.
Tim Duncan nació en 1976 en las Islas Vírgenes Estadounidenses, un archipiélago en el mar del Caribe, ubicado al este de Puerto Rico.
De niño, soñaba en convertirse en nadador profesional. Destacaba en los 100 y 400 metros estilo libre y sus grandes cualidades en el agua parecían abrirle el camino para formar parte del equipo olímpico de Estados Unidos para Barcelona 1992, sin saber que su cita en los JJ.OO. estaría reservada para más adelante -en Atenas 2004- y en otro deporte: el baloncesto.
En setiembre de 1989, el Huracán Hugo –que acabó con la vida de 61 personas- despedazó la única piscina olímpica existente en las Islas Vírgenes, lo que motivó a Tim Duncan a nadar en el mar, pero su temor a los tiburones lo hizo desistir de seguir practicando la natación.
Alejado de este deporte acuático y próximo a cumplir 14 años, perdió a su madre, víctima del cáncer. Este gran dolor motivó que el adolescente Timmy encontrase una nueva actividad que disipara su aflicción, refugiándose en el deporte de la canasta. Recién en el noveno grado -equivalente al tercero de secundaria en Perú- Duncan empezó a jugar básquetbol, destacando rápidamente en la preparatoria de St. Dunstan’s Episcopal.
LLEGADA A LOS ESTADOS UNIDOS
A inicios de la década de los noventa, Chris King -ex jugador de los Supersonics de Seattle- estaba encargado de promocionar el baloncesto en el Caribe. Y en una visita a las Islas Vírgenes, en 1992, se fijó en el potencial de un jovencito Duncan, por lo que recomendó a la Universidad de Wake Forest –a la que King asistía- a hacerse de los servicios del espigado muchacho de 16 años.
Contratado y ya establecido en Carolina del Norte –estado en el que se ubica la Universidad de Wake Forest- Tim sobresalía por emplear un abanico de movimientos poco habituales en el poste bajo y un repertorio de lanzamientos a distancia que, con los años, lo llevaron a convertirse en el mejor jugador de la NCAA.
Tras esa distinción y con 21 años, fue declarado transferible para el Draft de la NBA en 1997, en la que fue escogido por los Spurs de San Antonio en la primera posición de la primera ronda. Las ‘Espuelas’ venían de una campaña lamentable, habiendo registrado el tercer peor récord de aquella temporada en la NBA.
DÚO CON EL 'ALMIRANTE'
En su primera temporada, el equipo cambió radicalmente. Pasó de tener una marca de terror, a ser el cuarto mejor quinteto en la Conferencia del Oeste. Tim formó una dupla demoledora junto al ‘Almirante’ David Robinson, convirtiendo al equipo en un cuadro dominante y conduciéndolo hasta las semifinales de conferencia, en las que cayeron ante los Jazz de Utah que, a la postre, sucumbirían en la gran final ante los Chicago Bulls.
La liga era dominada por ‘Su Majestad’ Michael Jordan y el primer año de Duncan coincidió con el último en actividad de MJ –aunque años después regresaría con los Wizards-, por lo que en la siguiente temporada se generó una gran expectativa entre los demás equipos por ver quién ocuparía el trono, tras la despedida de Jordan.
El astro de las Islas Vírgenes fue elegido ‘novato del año’ y ubicado en el equipo ideal de la campaña 1997-98, impresionante logro para el primer año de un jugador.
Con Duncan, de ala-pívot, y Robinson, como pívot, llegaron los primeros anillos en 1999 y 2003. ‘Las Torres Gemelas’ -como se les denominó- habían tomado el control total de la Liga y una nueva corriente de básquetbol invadía la NBA.
‘POP', SU AMIGO Y MENTOR
El único entrenador que tuvo ‘The big fundamental’ –apelativo que ganó debido a su juego efectivo con fundamentos básicos- fue Gregg Popovich. ‘Pop’ pulió el baloncesto del astro de 2 metros y 11 centímetros y fue crucial para convertirlo en el jugador que llegó a ser, un líder muy inteligente en la pista. Nada espectacular, difícilmente lo habrían visto volcar una canasta de espaldas al aro o encestar un triple a ocho metros de distancia.
‘Timmy D’ tenía otros recursos: compartía el balón, aseguraba el lanzamiento contra el tablero, hacía ‘cortina y desmarque’ a la perfección y, sobretodo, sabía recibir el balón de espaldas en el poste bajo y dar un giro rapidísimo que le permitía encontrar el espacio necesario para el lanzamiento.
Popovich fue contra la corriente en la NBA. Desistió de utilizar la espectacularidad que daban las penetraciones y volcadas del point guard para practicar un básquetbol más europeizado, el de rotación y lanzamientos a distancia, propuesta que generó críticas en la NBA, pero que tantos buenos resultados le dio al quinteto tejano y que llevó al caribeño a ganar cinco títulos.
Esta súper estrella era esencialmente un pívot, pero tenía tantos recursos y un lanzamiento perimetral tan efectivo que podía jugar -como lo hizo- de ala-pívot.
El gran tridente
Tras el retiro de Robinson de las canchas en 2003, los Spurs pasaron por una etapa de transición, aunque sin que se afectase su buen funcionamiento, pues ese mismo año arribó a San Antonio el argentino Emanuel Ginóbili y un año antes lo había hecho el base francés William Anthony Parker.
Con Tony y Manu, cambió el juego de los Spurs. El equipo tuvo más variantes y rapidez en ofensiva y, por otro lado, Tim lucía cómodo en el equipo. La defensa seguía sólida: Robert Horry y Bruce Bowen se encargaban del ‘trabajo sucio’. Por ello, no sorprendería que, en 2005, alcanzasen su tercer anillo tras vencer a los Pistons en siete partidos.
Dos años después volvieron a conquistar una corona y, en 2014, ‘Mr. Fundamental’ lograría su quinto anillo, confirmando la hegemonía texana que marcó época en la NBA.
2014: Tim Duncan escoltado por Tony Parker y Manu Ginobili tras ganar el título de la NBA. (Foto: Reuters)
EL ADIÓS
Este 11 de julio de 2016, con 40 años encima, Duncan ha anunciado su retiro del básquetbol profesional. Con él se marchan sus cinco anillos, sus dos títulos MVP (mejor jugador de la temporada), sus tres MVP en finales, su récord de más de mil partidos ganados con un mismo equipo y sus más de 26 mil puntos anotados y 15 mil rebotes conseguidos.
Se va tranquilo, sin aspavientos y sin tener un partido de despedida. Se va tranquilo, sin grandes emociones, como siempre tenía el rostro, un rostro que parecía nunca conmoverse, el mismo en los días de gloria o en los días de derrotas.
Ahora sabemos que esos dos dedos levantados en señal de triunfo, nos indicaban el lugar que le correspondería: el firmamento de los grandes.
Se nos fue pues, Tim Duncan, el mejor ala-pívot de la historia.