El préstamo se cerró en cuestión de tiempo y lo demás ya lo conocen. El ‘Orejas’ regresó al equipo de sus amores para reescribir su propia historia y ser el líder que la crema necesita para su Centenario este 2024, mismo año en el que el futbolista cumplirá 30 años (en mayo próximo).
Desde entonces hasta hoy, Flores pasó una especie de metamorfosis kafkiana en la ‘U’. Un futbolista con sus características no tenía espacio en el equipo de Jorge Fossati, acostumbrado al 3-5-2, con dos carrileros con despliegue físico, un hombre ancla y dos interiores. Ese era el mediocampo merengue, pero el ‘Flaco’ tenía otros planes para Edison. Cuando lo encontró en la cancha de entrenamiento de Campo Mar, conversaron largo y tendido, quizá explicándole cuál sería su nueva función. Y ‘Orejas’, acostumbrado a jugar como volante por izquierda o en ocasiones como un mixto a un paso del círculo central, tomó el mensaje como un punto de inflexión a su favor: era el momento de reinventarse para empujar el carro hacia la misma dirección.
Flores pasó de la banda izquierda a jugar al lado del ‘9′, como el segundo delantero que no solo estaba más cerca del gol, sino también de la creación. Dejó la comodidad, la zona de confort, la facilidad de lo cotidiano para asumir un rol protagonista en juego y peligrosidad. Desde su reestreno con camiseta merengue, ‘Orejas’ disputó el 74% de los partidos con la ‘U’. Además, anotó siete goles y dos de ellos fueron de los más importantes: ante Sport Huancayo en la última fecha del Clausura para asegurar un cupo en la final; y frente a Alianza Lima en el recordado ‘Matutazo’, donde Universitario consiguió la estrella 27. Esa responsabilidad, esa trascendencia solo la adquieren aquellos que nacieron para eso. Y Edison estuvo predestinado al éxito, a devolverle la alegría al club.
El líder del Centenario
Autocrítico en las derrotas y perfil bajo en las victorias. Podría decirse que Flores ya no solo es “el de los goles importantes”, un epíteto inmortalizado por el recordado Daniel Peredo en sus narraciones con la selección peruana, sino que se ha convertido en “el líder silencioso del Centenario”. El liderazgo lo asumió con el ejemplo, demostrando esa determinación para no darse por vencido en la adversidad, o esa hidalguía para encarar hasta en el momento más crítico del partido. ‘Orejas’ parece ser un futbolista excepcional, uno convencido de su rol protagónico y decidido a experimentar una metamorfosis para ayudar al club que amó.
Hoy, Universitario tiene licencia para ilusionarse con Flores, porque llegará al inicio del Torneo Apertura 2024 en estado de gracia. A diferencia del año pasado, el ‘Orejas’ hizo la pretemporada con el equipo, trabajó desde el primer día con Fabián Bustos y ya es titular indiscutible para el entrenador. Su presencia contagia, su juego transmite y su relevancia en el campo marca la diferencia. Fue el autor de los dos únicos goles que la ‘U’ marcó en los amistosos de preparación (Atlético Nacional y Coquimbo Unido) y ha sido la solución al problema de efectividad de los delanteros hasta ahora.
Con un título nacional sobre su espalda y el liderazgo que representa, lo único que puede superar lo conseguido por Flores es lograr el bicampeonato en el Centenario de la ‘U’. Si lo consigue, siendo la figura que es y adquiriendo la misma relevancia, será el año más recordado de su carrera. La pelota está en su cancha y depende de él amagar hasta llegar al gol. Y esta vez no solo tendrá a Andy Polo, sino también a ‘Canchita’ Gonzales para asistirlo. Como en los viejos tiempos, los tres compadres vuelven a juntarse para hacer historia con el club que los vio nacer.
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