República Dominicana es un país hermoso que toda persona debería conocer aunque sea una vez en la vida. Las maravillas que esconde son incontables, como el hecho que la isla caribeña cuenta con una de las piedras semipreciosas más valiosas del mundo y AQUÍ sabrás cuál es.
Nos referimos al conocido como ‘ámbar dominicano’ y, si bien esta piedra se puede ver en diversas partes del mundo, lo cierto es que el de este país es especial por tener un color amarillo transparente, otra de tonos rojizos, características que la convierten en la más valiosa del planeta.
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Si no tienes un idea de cómo luce el ámbar dominicano, lo único que debes recordar es la mítica escena de Jurassic Park donde se muestra a un mosquito prehistórico atrapado a en una piedra preciosa de color amarillo y transparente.
¿Dónde se encuentra el ámbar dominicano?
Los yacimientos más importantes para extraerlo se encuentran en Palo Alto, Santiago, la Cumbre, Los Cacaos y Puerto Plata donde se recogen, por ejemplo, el ámbar azul que es, incluso, muy escaso, lo cual incide en su elevado precio que significa también un impacto económico positivo, pero que se mueve, por lo general, dentro de lo artesanal y la informalidad.
En lo que respecta al Estado, el encargado de la extracción minera recae sobre el Ministerio de Energía y Minas quienes, además, elaboran las regulaciones en dicho mercado.
Esta actividad sumamente lucrativa, no responde tanto a la demanda interna, sino principalmente a la internacional, donde China se alza como el mercado de mayor consumo, seguido de los Estados Unidos. Sin embargo, la pandemia del coronavirus tuvo efectos negativos.
Pese a esto, las joyerías que demandan ámbar dominicano no ha decrecido, y grandes marcas, hasta famosas influencers los usan y promocionan destacando su belleza única.
¿Qué es el ámbar dominicano?
Es una resina vegetal fosilizada con millones de años a cuestas, es el producto residual de árboles prehistóricos, un fluido pegajoso que al contacto con el aire de solidifica y es bastante común que queden atrapados pedazos vegetales y hasta animales pequeños.
De hecho, esta piedra, aunque no lo creas, sigue aportando datos de mucho valor sobre el proceso de formación de las Antillas Mayores, precisamente, por capturar en su interior material orgánico.