Cuando Ferrari se decantó por Charles Leclerc sobre Carlos Sainz, con la intención de liberar una butaca para la llegada de Lewis Hamilton en el 2025, nunca pensaron que dudarían tan tempranamente en esta temporada. Engatusados, tal vez, por el arranque espectacular que tuvo el monegasco en el 2022, cuando en las primeras tres jornadas logró liderar sobre Max Verstappen, el equipo italiano parecía haber priorizado la ambición intermitente sobre la regularidad confiable. Desde el punto de vista de las estadísticas, la superioridad de Leclerc es inobjetable: tiene más podios y victorias en menos cantidad de carreras disputadas. Con casi el doble de Grandes Premios corridos, Sainz tiene casi la mitad de celebraciones y una media de 40% menos de puntos sumados en promedio. Este año, mientras el español cumple 30 años, Leclerc es tres años menor. En materia de FODA, no hay forma de que, en la previa, Sainz fuera la mejor opción.
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Lo cierto es que, en las últimas tres temporadas, Leclerc ha tenido la primera opción en la interna del equipo. Ferrari siempre ha priorizado los intereses de Charles y lo ha demostrado a la hora de los undercuts y detenciones en boxes. Por eso, cuando la escudería escarlata se decantó por Leclerc sobre Sainz, la decisión pareció natural, a pesar de que en el 2023 el español había sido el piloto más regular del equipo hasta las últimas cuatro fechas, donde Leclerc encadenó tres inesperados podios en México, Las Vegas y Abu Dabi. Aquellas 55 unidades que sumó versus los escasos 29 puntos de Sainz impulsaron lo que venía siendo una temporada decepcionante de Leclerc.
Leclerc no sabe ser el segundo piloto de un equipo y con la llegada de Lewis Hamilton le tocará enfrentar ese rol. Charles ha tenido muchas amenazas, pero pocas definiciones. Se esperaba que fuera el gran rival de Verstappen, pero ni siquiera ha logrado serlo para Checo Pérez. Ha quedado claro que no es el piloto llamado a empuñar la bandera de ataque tifosi y es más que seguro que la llegada del siete veces campeón británico será para que ocupe la prioridad en la escudería. Con un ego sin mayores controles, quejas aniñadas por las radios y sin la regularidad que se le espera a la apuesta italiana, todos se preguntan si Leclerc era el piloto a preservar en Ferrari.
En pista, Sainz se ha mostrado como un piloto constante y con una capacidad de estrategia sobresaliente, como lo evidenció en el GP de Singapur del 2023 donde logró que el DRS de Leclerc fuese su mejor táctica de defensa. Es inteligente, constante y sabe jugar en equipo. Sólido trípode que evidencia que Sainz sería un mejor compañero para Lewis que Leclerc. Todos lo saben y Ferrari, a estas alturas, debe haberse dado cuenta. Revisando las segundas butacas, ninguna es mejor que Sainz. Stroll es una apuesta al aire inestable, Piastri aún le faltan giros, Russell está dejando en evidencia que no soporta la presión de los últimos giros cuándo está peleando por algo (Singapur 2023 y Australia 2024) mientras Checo Pérez con el mejor monoplaza de la grilla tiene largos peregrinajes para llevar al Red Bull a su habitad natural: el podio.
En Italia, los medios no han dejado de alabar a Carlos tras la victoria de Australia y lo han catalogado como el hombre más valioso del mercado de pilotos. Más allá del triunfo, lo que destaca de la carrera del madrileño es nuevamente su estrategia para gestionar los neumáticos en una carrera abrasiva y cómo logró lo necesario para tener una segunda detención sin posibilidad de que el equipo haga el enroque.
¿Qué tan factible es la llegada de Sainz a Red Bull? Basta con revisar la historia. El español conoce la interna del equipo. Fue parte de la academia Red Bull y compañero de Verstappen y si bien sumó menos que el actual monarca, también tuvo jornadas donde clasificó mejor. Por lo pronto, el equipo ya evidenció que lo está siguiendo. Christian Horner, team manager de Red Bull, lo ha catalogado de “némesis”, dado que en el último año ha sido el único piloto que ha podido ganarle a Max Verstappen (Singapur 2022 y Australia 2023). “Nosotros siempre queremos tener la mejor pareja de pilotos, y a veces hay que mirar fuera. El Gran Premio de Australia lo ha ganado un piloto desempleado, por lo que el mercado es razonablemente fluido”, ha declarado Horner, sugiriendo la posibilidad con Sainz y alimentando la arritmia emotiva de Checo Pérez.