Fredy Chipa es un ejemplo de superación y esfuerzo para todos los peruanos ¿Por qué? pues de crecer en un hogar humilde en su natal Abancay, dio el gran salto a España donde despliega todos sus conocimientos como cardiólogo, pero sin olvidar sus raíces en el país que lo vio crecer, pues cada cierto tiempo regresa al Perú para realizar operaciones que salvan vidas sin ningún costo.
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Antes de optar por la medicina, Fredy ayudó a su madre trabajando en una bodega y a su padre en el manejo de un tráiler: “A veces no teníamos un lugar donde dormir o, a veces, el techo se nos caía encima, pero tuve una infancia feliz”, reveló a la agencia Andina.
Cambió su destino para ayudar a los demás
El galeno explica que en sus primeros años jamás pensó que se inclinaría por la medicina, de hecho, cree que su destino era algún oficio en las calles: “mi futuro, más o menos, era ser transportista o algo similar, pero siempre quise estudiar algo. Incluso hubo un año que dejé el colegio por la situación económica en casa, pero nada me detuvo”.
Chipa destaca la iniciativa de sus progenitores quienes, pese a no haber asistido a universidad alguna, motivaron a su hijo a ser el primero en su familia en hacerlo; por lo que cuando tuvo la oportunidad se mudó al Cusco ingresando a la Facultad de Medicina de la Universidad de San Antonio Abad (UNSAAC).
En esta casa de estudios, se inclinó hacia la cardiología y confiesa que los cuidados intensivos le generaban mucho interés: “sabía que en cardiología se podían hacer cosas más sofisticadas, pero en Cusco no había esto, ello me motivó a ir a Lima”, explica.
El viaje a España
Pese a que en la capital encontró un mayor avance tecnológico respecto al Cusco, para desarrollarse como esperaba el Perú le quedaba ‘chico’, por lo que tomó una maestría en España, país al cual tuvo que trasladarse y hacer pasantías en el Hospital Sant Joan de Déu, así como en el Hospital Clínic, ambos en Barcelona.
Tras regresar a su patria, Fredy aceptó encabezar lo que sería la unidad de electrofisiología, tanto en el Hospital del Niño como en el Hospital Almenara; pero 4 años después regresó al Hospital Sant Joan de Déu como adjunto senior, donde atendió a pacientes de toda España aplicando tecnología de vanguardia. Desde entonces, estableció su residencia en la ciudad condal.
Dando vida sin pedir nada a cambio
Sin embargo, pese a un océano y miles de kilómetros de distancia, Fredy mantiene su vínculo con el Perú y su compromiso social de ayudar a las personas que más lo necesiten, como llevar a cabo operaciones gratuitas, por ejemplo, cuando intervino exitosamente a un niño cusqueño que sufría arritmia cardíaca congénita, la cual hizo de la mano de EsSalud implantando el marcapasos más pequeño del mundo.