Francisco Boza es el hombre experimentado de la delegación peruana en Río de Janeiro. Y no por los 51 años que marca su DNI. Son sus siete participaciones olímpicas (la primera en Moscú 80), su medalla de plata en Los Ángeles 84 y su último oro en los Juegos Panamericanos de Toronto solo algunos logros que lo convierten en referente dentro del Team Perú. Por eso, esta noche, en la inauguración de los Juegos Olímpicos, el tirador será quien guíe a la delegación como abanderado.
“Después de 12 años regresar a unos Juegos Olímpicos es un sueño hecho realidad. [Siento] como si fuera la primera vez, los mismos nervios, la misma ansiedad, esperemos poder hacer una buena marca”, le dijo Boza a Deporte Total desde Río.
El tirador que disparará en la prueba de fosa olímpica debutará en sus octavos Juegos Olímpicos el domingo 7 de agosto en el Campo de Tiro de Deodoro, lugar donde ya ha competido en diversos momentos de su carrera.
Tras el oro en Toronto 2015, se ha preparado durante un año para este evento. “He hecho todo lo que ha estado a mi alcance: trabajo psicológico, físico, me han apoyado en los viajes pero no he logrado los resultados que hubiese querido en una curva ascendente. No he tenido malos resultados pero tampoco espectaculares”, explica.
Boza prefiere mantener el perfil bajo y los pies sobre la tierra. “Dependiendo de los factores [climatológicos como cambios de luz y lluvia], trataré de lograr una buena marca y veremos qué sucede”. El pulso de campeón ya lo tiene.
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— El Comercio (@elcomercio) 5 de agosto de 2016