El oeste de África es el hogar de Synselapum Dulcificum, el cual se ha vuelto muy popular en occidente por su sobrenombre: la "fruta milagrosa", de la cual se sabe que sus particularidades destacan como un gran componente dietético.
Todo comenzó durante los siglos XVII y XVIII cuando, de camino hacia las Indias y Américas, los marinos europeos hacían sus paradas en la costa occidental africana, pero en 1724,el capitán capitán francés Chevalier de Marchais descubrió en Ouidah (Benín) que los aborígenes de las tribus, antes de ingerir sus alimentos iban hacia unos arbustos para comer una bayas rojas que masticaban con suma paciencia.
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El origen de la 'fruta milagrosa'
En los años siguientes, se supo que esta baya también se puede encontrar en otros países como Costa de Marfil, Benín, Nigeria, Camerún, Togo, Gabón y Congo, pero también República Centroafricana y República Democráticamente del Congo, conociéndola como zafrú.
Y es que esta baya era de vital importancia en la medicina tradicional de esta región del mundo, la cual era consumida de diversas formas, razón por la que los europeos comenzaron a llamarla 'milagrosa'
¿Por qué? pues debido a que en su interior cuenta con la proteína miraculina, la cual es capaz de cambiar a sabor dulce sin incrementar los índice glucémicos en el cuerpo humano.
Desde entonces, el zafrú hizo su recorrido hasta que hace 64 años arribó, por ejemplo, llegó a Ecuador de la mano de Donald Brainar, pero en 1991 Valerio Tapia le compra el arbusto, pero luego, empezando a distinguir su potencial comienza a reproducirla, cultivarla y fortificarla. A partir de este punto, el cultivo de esta baya se está masificando cada vez más, sobre todo por sus propiedades para la salud.
¿Por qué el zafrú tiene la particularidad de cambiar de sabor?
Todo se debe gracias a las enzimas que interactúan con los receptores del sabor en la lengua, alterando el gusto ácido por una dulce, despertando el interés de los chefs utilizándose para darle un toque especial a sus platillos, pero aún queda mucho que aprende de esta fruta.
Y, de acuerdo a las diversas observaciones se puede aseverar que no solo modifica su sabor, también su olor, haciéndola una experiencia única al paladar.
Por ello, teniendo en cuenta lo anterior, es que recién se están realizando estudios e investigaciones para conocer más a profundidad los secretos de sus propiedades químicas y sensoriales. Lo que busca la ciencia es observarla a nivel celular.