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Al cierre de esta nota, los implicados en el caso no han llegado a un acuerdo de desvinculación. Y no parece estar cerca. Desde el lado del futbolista señalan que Paolo ha cedido mucho en temas económicos con la finalidad de acelerar el proceso, mientras que del lado del club el discurso es el mismo.
En tanto Paolo sigue entrenando en la Villa Poeta separado del primer equipo, viendo cómo sus últimos años como futbolista profesional están manchando su extraordinaria carrera. Y seguirá sin sumar minutos y sin darle argumento alguno a Jorge Fossati para que lo convoque en la fecha FIFA de septiembre con miras a los duelos ante Colombia y Ecuador por Eliminatorias.
¿Por qué Paolo Guerrero busca romper un contrato astronómico con César Vallejo que lo convirtió en uno de los mejores pagados en la historia del fútbol peruano, según conoció este Diario? ¿Qué pasó para que el goleador histórico de la selección peruana se exponga de esta manera? ¿Qué tiene que ver Alianza Lima en todo este lío? La intrahistoria del caso te la detallamos a continuación.
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Las razones de un guerrero
“Es una oferta que lo está haciendo pensar. Es casi imposible de rechazar, tanto económica como deportiva”, nos dijeron en febrero sobre el contrato que le puso sobre la mesa Richard Acuña a Paolo Guerrero. El ‘9′ había quedado libre tras su exitoso paso por LDU de Quito (ganó una Serie A de Ecuador y una Sudamericana). Su deseo siempre fue volver a Alianza Lima, pero el club íntimo lo había sacado de sus planes cuando él decidió irse al Avaí de Brasil (julio 2022) en lugar de aceptar la oferta blanquiazul.
Guerrero firmó por Vallejo y empezó su pesadilla. O al menos así ha catalogado el delantero y su familia a su estadía en Trujillo, aclarando que siempre sintió el cariño del hincha. Las amenazas a su madre, doña Petronila Gonzales, hicieron que busque rescindir su contrato de manera unilateral. Hubo negociaciones, promesas del presidente del club Poeta, Richard Acuña, y hasta la intervención de Agustín Lozano, presidente de la Federación Peruana de Fútbol. Pero para el ‘9′ nada había empezado bien.
César Vallejo le otorgó una lujosa mansión en El Golf, una de las zonas más exclusivas de Trujillo. Sin embargo, durante estos meses el futbolista y su familia se han quejado en muchas oportunidades que se va el agua sin previo aviso.
Las incomodidades repercuten en el rendimiento de un futbolista. Y Paolo no ha podido ser titular indiscutible en el equipo: en el año jugó apenas nueve partidos y anotó tres goles. Empezó con Roberto Mosquera como técnico y luego tuvo a Guillermo Salas. Con el primero siempre se sintió protegido, respetado.
César Vallejo se quedó en el décimo lugar de la tabla en el Torneo Apertura. Y Paolo sintió que el proyecto deportivo que le ofrecieron, en el cual la misión era pelear el título, no se estaba dando. Cada gota fue llenando el vaso hasta rebalsar.
Este Diario supo que el principal argumento de Guerrero para pedirle su liberación al presidente Richard Acuña fue deportivo. No vio en ningún momento el proyecto que le prometieron. Pero también existen incomodidades personales que le permitieron sentirse cómodo en una ciudad que siempre dijo querer.
Por otro lado está Alianza Lima, el club de sus amores. Desde la institución blanquiazul han afirmado una y otra vez no tener nada que ver con la decisión de Paolo, aunque no ven con malos ojos un posible regreso de uno de sus últimos mejores jugadores. Eso sí, Alianza se mantiene al margen en estos momentos. Si hay un documento de desvinculación firmado, podría empezar a negociar con el ‘9′.