Hace 14 años, ya declaraba para medios –especializados en el surf- sobre el profesional que buscaba ser cuando llegaría a la mayoría de edad. Ahora, con 26 años, Alonso Correa se ‘rompe’ un poco recordando su infancia, sus primeras olas, así como lo que fue su participación en los Juegos Olímpicos de París 2024. En una entrevista con Depor, el surfista nacional analiza lo que fue su cuarto puesto en competencia, el diploma olímpico, las olas en Tahití y, lo que todos los peruanos queremos, ¿qué se necesita para alcanzar una medalla de oro en Los Angeles 2028?
Estás con emociones encontradas luego de tu participación en París 2024...
Fue una competencia dura. Ya pasó un ratito y pude reflexionar de lo que pasó. Al final, me quedo con la linda experiencia de París 2024. Una competencia muy bonita desde que empezó hasta que acabó. Me quedé triste y molesto por lo que pasó, pero al final de todo se hizo un buen papel y un buen campeonato.
Te quedas con el diploma olímpico en tu primera participación, es un gran logro...
Estoy orgulloso de lo que hice, solo que con cuarto puesto, igual te quedas cerca de la medalla. Te quedas pensando en qué pudiste hacer distinto por lo cerca que estuviste de sacar la medalla. Hay que saber manejarlo, no puedes quedarte pensando en lo que pasó. Con esa mentalidad me quedó finalmente.
¿En qué cambió tu mentalidad luego de participar en los Juegos Olímpicos?
No mucho. Llegué en una buena mentalidad a la competencia, quizá cambié en el proceso. Pude llegar en un estado mental bueno, muy fuerte y fue clave desde que empecé. Iba con un dos veces campeón mundial y otro medallista olímpico, era un heat muy fuerte. Llegar como alguien no conocido y ganarles, te hace fuerte.
Vi un video tuyo participando en la categoría Sub-12. Pasó mucho tiempo, ¿Qué decirle a ese niño de ese entonces?
Ese niño no se hubiera ni imaginado que hubiera estado compitiendo de esa manera. Estas olimpiadas estuve con los mejores del mundo. Lo que diría es que, al final, iba a lograrlo. Desde muy chico quería ser surfista profesional para competir con los mejores del mundo en los campeonatos más grandes. Agradecerle por todo [a ese chico de 12 años] porque soy yo y lo que soy ahora es porque siempre me preparé hasta la actualidad.
Tu entrenador comenta que eres una persona que ataca las olas. ¿Qué sientes que te caracteriza como deportista?
Es parte de la estrategia para no dejarme intimidar con quien sea que esté compitiendo. Yo fui como igual a todos, sabiendo lo que podía lograr. Fui muy seguro de mí, intento estarlo siempre. Salgo a atacar y hacer lo mío, dar todo de mí en cada competencia. Se puede sentir que la estoy viviendo y metiéndole muchas ganas.
El surf no solo se entrena en el agua, ¿qué más necesita un deportista para prepararse a nivel profesional?
El agua es un punto fuerte, pero si no estás preparado físicamente, tu cuerpo no va a poder rendir en ese tipo de olas o maniobras. Tienes que estar fuerte. Yo practico en piscina para estar cómodo en el agua. Si no lo estás abajo del agua, quizá vas a estar con miedo. El tema mental también es clave, saber controlar mente y respiración para cuando venga la ansiedad y nervios, para que no afecte tu forma de competir. Es algo más grande que solo ingresar a surfear. Para este campeonato, me enfoqué bastante en eso, estar listo mentalmente porque sabía que competía con gente de más nombre que yo a nivel mundial. Quería estar seguro. Tenía que creérmela, creérmela siempre de que era verdad que tenía el nivel y yo podía competir contra ellos o con quien sea en el mismo nivel. Por eso, cada serie intentaba ir y ponerme más adentro que todos y por ello agarrar la primera ola.
Las olas de Tahití tiene el denominado ‘muro de calavera’. Luego de enfrentarlas, ¿cómo fue esta expectativa y realidad?
La realidad es más intimidante de lo que me imaginaba. Quizá no se vio tanto en la competencia, pero esa ola puede llegar a ser muy grande. Cuando fui a entrenar, me pasó que estaba muy grande y las revolcadas ahí son de otro nivel. Te deja abajo del agua por buen rato. Aparte el arrecife es peligroso. Fue parte del aprendizaje tener eso pendiente todo el rato, enfrentar ese miedo y estar seguro que tengo la habilidad de no caerme y poder lograr salir vivo de cada ola. Tomó varias sesiones en las que no me fue muy bien. Aprendí un montón de ellas y creo que se vio en la competencia que tenía conocimiento de la ola. Al final, hice dos viajes de entrenamiento de tres semanas que me permitió tener las condiciones exactas.
¿Qué le falta a Perú para lograr una medalla de oro o mejorar su participación en Los Angeles 2028?
Competencia. Falta competencia en nuestro país. Apoyo para tener una preparación más sólida, más larga y completa. Es parte de lo que quiero hacer, entrenar bastante mi técnica, tener experiencia internacional por un rato. Complementar con lo que hacemos en Perú. Actualmente somos pocos surfistas profesionales, con más apoyo quizá pueden a ver más. Entre todos vamos a empujar el nivel. Espero poder ver a nuevas generaciones que estén peleando lo mismo que nosotros.
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