Perú vs Colombia: 43 años después, la selección busca el milagro de ganarle en Lima con dos 9 y un Maxloren de 16 años

MIRA: Con Quispe poniendo el pecho a las balas y Maxloren como nuevo engreído de Fossati: lo que no se vio del entrenamiento de la selección peruana

Hace 43 años Perú no le gana a Colombia en Lima por Eliminatorias y en ese discurso gitano queda una idea: si no le pudimos ganar a los actuales subcampeones de América en la muy buena -la generación Rusia 2018-, hoy debe ocurrir un milagro

-La previa-

Durante toda la semana, reporteros y curiosos hemos tratado de encontrar algún argumento sólido para explicar la posibilidad de que la selección de Fossati, última en la Eliminatoria, pueda ganarle a Colombia y no existe ninguno. Si se piensa en el colectivo, está fresca la sensación de que, en defensa, con ese 3-5-2 que de regreso es línea de 5, el equipo puede protegerse. Solo que Perú enfrenta a la tercera selección más goleadora de la tabla (12), la segunda defensa menos batida y la reciente finalista de la Copa América. Como si uno tuviera un resfrío y quisiera curarse con coca cola y hielos.

Lo que hay -porque de eso se sostiene el fútbol cuando está en la sima, con s y con c-, es la ilusión. Individual, no colectiva. Por un lado, el nivel de tres hombres base en este nuevo plan Fossati que son los mejores en su puesto con pasaporte local: Zambrano (en defensa), Tapia (en el medio) y Lapadula (allá arriba). Sobre este último, la noticia es que llega entero. Sin goles en la tabla eliminatoria y con el único y acostumbrado ‘Efecto Lapadula’, que desmorona la casa de esteras que es la política peruana y a su llegada, como tantas otra veces, ya hubo cambio de cuatro ministros.

Por el otro, la más noble esperanza: Max Loren Castro, un muchacho callado del Callao de 16 años, 8 meses y 28 días, ha sido convocado de emergencia por el técnico Fossati en reemplazo de Franco Zanelatto, que sigue siendo eterna promesa. Castro, extremo por izquierda, zurdo, ansioso por el gol, cuya ficha ha crecido a 700 mil euros después de haber anotado 2 goles en 14 partidos, tan parecido al Oreja Flores en su inicios hace 13 años, es apenas aire fresco para una selección que, post Copa América, se despidió de Paolos, Cuevas y Carrillos. O viceversa, como sea mejor leído.

En el juego de Maxloren, en su ímpetu, hay solo eso: esperanza. No tiene ni la llave ni el truco ni la responsabilidad de sacar del foso a este Perú cuyo argumento, esta noche en el Nacional, es solo el milagro.

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