Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro fueron el escenario de algunas de las historias más emocionantes en el mundo del deporte, con atletas que lograron superar la adversidad o que cautivaron al mundo por la hermandad demostrada.
A continuación algunas de esas historias:
Michael Phelps y Joseph Schooling
En 2008, el nadador estadunidense se tomó una fotografía con un joven de 13 años llamado Joseph Schooling, originario de Singapur, quien veía en la Bala de Baltimore un ejemplo a seguir.
Ocho años después, Schooling derrotó a su ídolo en los 100 metros mariposa, prueba en la que Phelps era el rey indiscutible desde Atenas 2004.
Santiago Lange, atleta que ganó oro a sus 54 años
Argentina consiguió de la mano de Santiago Lange, la que podría ser su medalla de oro más preciada en la prueba de vela olímpica.
Si bien Lange participó en las ediciones de 1988, 1996, 2000, 2004 y 2008, sólo ganó dos medallas de bronce. Fue en Río 2016 cuando el argentino pudo subirse a lo más alto del podio a sus 54 años de edad y con un solo pulmón, ya que hace 11 meses le fue extirpado uno, a causa del cáncer.
Fiji conquista el oro en Rugby 7
Oceanía derrotó 43-7 a Gran Bretaña, nación que inventó este deporte, y con ello obtuvo su primera medalla en toda su historia.
Gran parte de este logro se debe al entrenador Ben Ryan, británico que irónicamente había dirigido a la selección de Inglaterra y que tuvo que trabajar sin sueldo los primeros meses, poner en forma al equipo y solventar los gastos económicos necesarios para convertir a Fiji en una potencia en el Rugby.
Los mexicanos que sorprendieron
Ellos fueron los atletas nacionales que superaron las expectativas y lograron hazañas dignas de admirarse.
En sus primeros Olímpicos, la arquera sinaloense Alejandra Valencia logró acariciar el podio en la prueba individual, al avanzar hasta el repechaje por el bronce, donde cayó ante la coreana Ki Bo Bae.
Sin embargo, su participación destaca por eliminar en los cuartos de final a la también coreana Choi Mi-sun, considerada la favorita para llevarse el oro.
Otro caso fue el de Diego del Real, quien alcanzó sorpresivamente la final en el lanzamiento de martillo, donde quedó cuarto al caer ante el polaco Wojciech Nowicki (77.73 metros), por 76.05 del nacional.
El primer mexicano en ganar una medalla en Río 2016 fue pugilista Misael Rodríguez, quien aseguró desde el lunes 15 de agosto la primera presea para la delegación nacional, tras derrotar al egipcio Hussein Abdin.
Destaca su historia de boteo para poder competir en el Mundial de Daca, Qatar, situación que hizo que su medalla "supiera mejor".
Si bien cayó en el pase a la final ante el uzbeko Bektermi Melikuziev, la gloria de su medalla no se la quitó nadie.
Otro que sorprendió fue Ismael Hernández Uscanga, quien hizo historia al conquistar la medalla de bronce en el pentatlón moderno, disciplina que combina el tiro deportivo, la equitación, la carrera, la natación y la esgrima, y en la que ningún mexicano había podido subirse al podio.
El mexicano tuvo su redención en Río, luego de que en 2011 fuera expulsado por dopaje, ocasionado por un medicamento para la gripa; mientras que en el Mundial de 2012, sufrió una lesión que lo marginó de los Olímpicos de Londres.
Nikki Hamblin y Abbey D'Angostino
La atleta neozelandesa Nikki Hamblin y la estadunidense Abbey D'Agostino vivieron una de las mayores historias en Río 2016 cuando la primera pisó el bordillo interior de la pista durante la prueba de los 5 mil metros. Su acción provocó que D'Angostino, quien iba detrás de ella, también cayera.
D'Agostino ayudó a su rival a incorporarse y ambas caminaron hacia la meta. Dicho gesto conmovió a los jueces, quienes a pesar del resultado, les otorgaron el pase a la final. Si bien ninguna pudo terminar en el podio, su historia trascendió más allá de las medallas.
Yohann Diniz terminó la maratón por primera vez
Durante la marcha de los 50 kilómetros, se dio otro gran gesto deportivo. Cuando la marcha estaba alrededor del kilómetro 35, el francés Yohann Diniz, que en esos momentos llevaba una ventaja de un minuto y medio, tuvo que dejar la prueba por problemas estomacales, además de la deshidratación que estaba sufriendo a causa del calor sofocante.
Sin embargo, el canadiense Evan Dunfee lo animó para continuar en la marcha, debido a que el corredor galo no había terminado la prueba en Beijing 2008 mientras que en Londres 2012 había sido descalificado.
Pese a su mal estado, el galo logró completar los 50 kilómetros en el octavo puesto.