En junio de 2018, Matías Almeyda se fue de Chivas, el entrenador argentino fue el último que logró hacer del Rebaño Sagrado un equipo ganador y que tuvo una gestión que duró más de dos años. Después, los rojiblancos navegaron en un mar de dudas, entre proyectos deportivos que no lograron afianzarse y que sumaron más jornadas de tristeza que de celebración, porque incluso cuando se ilusionaron con que Veljko Paunovic pudiera ser el nuevo pastor que condujera al equipo a la tierra prometida, el serbio también tomó sus maletas y se fue de la Perla Tapatía.
Este jueves se hizo oficial lo que desde hace unos días era un strike cantado: Fernando Gago se marcha de Verde Valle; al argentino -con poco sentido de responsabilidad- le pudo más el nombre de Boca Juniors que su firma, deja tirado a Chivas que entra en un periodo de orfandad en el tramo final de la competencia, cuando está por definirse su sitio en la Liguilla. ¡Que amargura para el aficionado de Chivas!, cuando había depositado su fe en el Pintita, éste actuó como ateo.
Cadena de amarguras
Tras la salida de Almeyda, se empezó un nuevo periplo, fue como buscar maná en el desierto, porque la baraja de entrenadores que puedan hacer de Chivas un equipo protagonista es corta al ser uno de los desafíos más grandes. El elegido como relevo del Pelado fue José Saturnino Cardozo.
En su etapa como jugador, el Príncipe Guaraní fue uno de los delanteros que más daño le hizo a Chivas; como estratega fue presentado por José Luis Higuera el 12 de junio de 2018, llegaba después de haber hecho una buena labor en Toluca, pero Pepe no alcanzó a estar ni un año en el banquillo rojiblanco, en su primer torneo no alcanzó la Liguilla y en el segundo fue relevado después de la Jornada 12; su legado no fue nada positivo, al contrario quedó como uno de los peores entrenadores en la era del fallecido Jorge Vergara.
En otra medida un tanto radical, el elegido para ocupar el cargo fue Tomás Boy, un tipo temperamental, que tenía una fama y un prestigio, pero también no había alcanzado el éxito deportivo, cerró el Apertura 2018 y se mantuvo para el Clausula 2019, pero la realidad es que el Jefe tampoco logró echar raíces en Verde Valle, el equipo nunca tomó identidad y en la Jornada 11, tras perder con Pachuca, fue cesado. Ni un año estuvo al frente.
Chivas consumía entrenadores cual si fuera incendio. Como un golpe de efecto, se apostó por Luis Fernando Tena, un entrenador que había tenido éxito en Cruz Azul, Morelia y el estratega que le dio a México la medalla de oro en Londres 2012; sin embargo… el Flaco tampoco encontró ese punto de identidad. El Rebaño era un bodrio en todos los aspectos, en el campo, en los despachos y en el banquillo. Tras la pandemia de covid, el crédito de Tena solo duró tres jornadas.
Bueno, la historia tampoco fue diferente con Víctor Manuel Vucetich. El Rey Midas perdió ese toque en Verde Valle, porque no Chivas fue todo menos un equipo con brillo y sí uno con varias situaciones que no fueron controladas por el jefe del banquillo.
Ruleta rusa
Y sí, de haber tenido entrenadores con prestigio la apuesta cambió, Chivas eligió a Marcelo Michel Leaño, una opción de alto riesgo que no salió nada bien, todo lo contrario. Lo mismo pasó con Ricardo Cadena, otro técnico que carecía de un alto perfil y que no logró ser la salvación. El Club Guadalajara arrastraba su prestigio al no encontrar un proyecto fiable.
En una reingeniería total, Fernando Hierro llegó como director deportivo, eligió al serbio Veljko Paunovic como entrenador del primer equipo, la ola de críticas no faltaron, pero la sorpresa fue grata, Chivas regresó a la Liguilla, fue protagonista, eliminó al América en semifinales y llegó a la Final, pero cuando acariciaba la gloria, Tigres acabó con el idilio.
Seis meses después el desgaste de Pauno lo sacó de Verde Valle. Otra vez la orfandad, otra vez empezar de cero. Hierro eligió a Fernando Gago, un técnico con poco recorrido que asumía el banquillo de uno de los equipos más grandes de México. Otra vez un acierto para el directivo español, porque Gago lo calificó directo a la Liguilla y lo llevó hasta semifinales.
Pero el romance acabó, cuando parecía que Chivas tomaba una identidad, apareció Boca Juniors, generó discordia, dividió el corazón de Gago y lo repatrió a Argentina. Chivas ha vuelto a la orfandad, sin director deportivo, sin entrenador. El Rebaño Sagrado es una barcaza extraviada en mar abierto.
RGS