Cuando en abril de este año la Conmebol confirmó que nuestro país albergaría el Sudamericano Sub-20 en el 2025, los chicos de la Selección Peruana se ilusionaron con afrontar el certamen como locales, por todo la motivación que eso supone y por la oportunidad de cobrarse la revancha de lo que había sucedido en el torneo de 2023, cuando fueron eliminados en primera ronda con cuatro derrotas. “Tengo bastantes expectativas para este Sudamericano, porque considero que tenemos un grupo humano muy bueno”, sostuvo Juan Pablo Goicochea hace solo una semana. Sin embargo, el anhelo de ‘Juanpi’ y del resto de sus compañeros cayó al agua: el máximo ente rector del fútbol sudamericano decidió quitarle la sede al Perú, a dos meses del arranque del certamen.
A falta de la confirmación oficial de la Conmebol, Depor pudo conocer que el Sudamericano Sub-20 ya no se llevará a cabo en territorio peruano como en un principio se tenía planificado, lo cual supone un duro golpe para el plantel de la ‘Blanquirroja’ que por estos días viene realizando una gira de amistosos en Uruguay –con un triunfo por 2-1 y un empate sin goles ante el combinado local–, y que desde el fin de semana continuará con su preparación en Chile. Evidentemente esta medida es un baldazo de agua fría para José Guillermo del Solar, ya que a partir de ahora tendrá que reconfigurar varios aspectos de su planificación como entrenador.
‘Chemo’ ya había tenido que afrontar un cambio en pleno trabajo: Arequipa ya no iba a ser la única sede del torneo, sino que, ante el incumplimiento de algunos estadios en cuanto a la infraestructura requerida por la Conmebol, en dicha ciudad solo se jugaría el hexagonal final, mientras que la fase de grupos se iba a disputar en Lima. Este no fue hecho menor, pues el propio Del Solar le había propuesto a la Federación Peruana de Fútbol (FPF) que la competición sea en la ‘Ciudad Blanca’.
“Yo desde un principio quise jugar en Arequipa, le propuse a la Federación en enero de este año que sería importante poder jugar en Arequipa porque eso nos permitía a nosotros poder estar ahí tres meses, adaptarnos y recibir a los rivales ya adaptados a esa altura. Esperemos que se pueda, sino habrá que adaptarse y jugar en Lima”, comentó el también jefe de la Unidad Técnica de Menores de la FPF, a modo de resignación al saber que el Sudamericano ya no se iba a jugar íntegramente en suelo arequipeño.
A partir de esta nueva derrota para el fútbol peruano, por todo lo que implicaba ser locales en un torneo donde históricamente siempre nos fue mal, surgen varias interrogantes sobre lo que pasó y respecto a lo que pasará a partir de ahora, no solo desde lo futbolístico, sino también desde la imagen que la FPF vuelve a darle al mundo: antes del Sudamericano Sub-20 2025, la actual gestión también perdió el Mundial Sub-17 en 2019 y 2023. ¿Por qué la crisis en la Federación, tras la detención de Agustín Lozano y algunos miembros de su Junta Directiva, pesó tanto en este contexto? ¿Qué consecuencias traerá para el equipo de ‘Chemo’?
Pésimos precedentes
Revisando los antecedentes de la FPF a la hora de afrontar el reto de organizar un torneo de suma importancia, el balance está en rojo. El primer fracaso se dio en 2019, cuando la Selección Peruana Sub-17 que dirigía Carlos Silvestri, se preparó durante varios meses para disputar el Sudamericano sabiendo que serían locales en el Mundial de la categoría. Hubo mucha ilusión y la tarea apuntaba a superar lo hecho en la edición de 2005, cuando también fuimos anfitriones y nos despedimos en fase de grupos.
Sin embargo, a menos de un mes para que inicie el Sudamericano –que en principio iba a ser una oportunidad para que el plantel pudiera competir y quedar listo para el Mundial–, la FIFA nos quitó la sede por “no lograr la totalidad de requisitos solicitados”, para luego entregársela a Brasil. El organismo internacional requería indefectiblemente la exoneración de los impuestos en favor de las delegaciones participantes, algo que la FPF no pudo garantizarle. A pesar de este golpe anímico, la Sub-17 de Silvestri llegó hasta el hexagonal final y se quedó fuera de la Copa del Mundo por diferencia de goles.
La FPF no se quedó tranquila, y en septiembre de ese mismo 2019 buscó la reivindicación al postularse para organizar el Mundial Sub-17 de 2021, utilizando el bicentenario de la independencia del Perú como argumento para recibir el respaldo político del Gobierno. Un mes después, en el Consejo de la FIFA en Shanghái, la Federación obtuvo una respuesta positiva. No obstante, la llegada de la pandemia por el COVID-19 retrasó la realización de la justa mundialista y esta fue postergada para el 2023.
Cuando el calendario comenzó a apretar, aparecieron los primeros retrasos. Los estadios Miguel Grau de Piura y Jorge Basadre de Tacna no empezaron a ser remodelados a tiempo, a raíz de que las autoridades correspondientes hallaron irregularidades en las licitaciones, por lo que fue necesario convocar a nuevas empresas constructoras. Esto, por supuesto, puso aún más contra las cuerdas a la FPF. La FIFA, por su parte, cumplió con observar todo a lo lejos para estar al pendiente por si ocurría algún imprevisto.
La estocada final para la Federación fue el Ciclón Yaku, que golpeó el norte del Perú durante el mes de marzo de 2023. Frente a esto, el Gobierno priorizó la reconstrucción de los desastres ocasionados por ese fenómeno, dejando de lado la remodelación de los recintos que iban a albergar el Mundial. En una medida desesperada, la FPF le formuló a la FIFA realizar el torneo solo en Lima y Callao, pero la respuesta del máximo ente rector del fútbol fue negativa y finalmente terminó dándole la sede a Indonesia.
El comunicado de la FIFA fue rotundo: “La decisión se tomó debido a la incapacidad del país anfitrión de cumplir con sus compromisos de completar la infraestructura necesaria para organizar el torneo”. La situación fue aún peor desde lo futbolístico, pues la Selección Peruana Sub-17 se enteró de esto en plena competencia del Sudamericano, el cual también iba a ser usado para afianzar la idea de Pablo Zegarra. La ‘Bicolor’ no respondió en el campo y se marchó del certamen como último del Grupo A, con un empate, tres derrotas, nueve goles en contra y solo uno a favor.
La crisis que golpea
Volviendo al 2024, ya todo estaba dado para que el Sudamericano Sub-20 se desarrolle el próximo año en nuestro país, con la fase de grupos en Lima y el hexagonal final en Arequipa; incluso, la Conmebol ya había sorteado los grupos y la Selección Peruana se dispuso a pactar sendos duelos amistosos ante Uruguay y Chile. En medio de todo esto, la ecuación cambió el jueves 6 de noviembre, cuando la Policía Nacional detuvo a Agustín Lozano –por entonces presidente de la FPF– y a algunos miembros de su Junta Directiva, imputándolos por presuntamente conformar una organización criminal llamada ‘Los Galácticos’.
A partir de eso todo ha sido un caos en la FPF, pues Arturo Ríos, en su posición de primer vicepresidente, tuvo que quedarse como presidente encargado hasta que se resuelva la situación judicial de Lozano. La situación está tan complicada, que la Federación recién pudo suscribir el contrato del alquiler del Estadio Monumental el día de ayer, a solo unas horas para el partido entre Perú y Chile por las Eliminatorias 2026. Claramente la Conmebol no se iba a quedar tranquila mientras todo esto ocurría, ya que esta inestabilidad solo pone en riesgo la organización y el prestigio del Sudamericano.
Las entidades internacionales, como la FIFA y la Conmebol, buscan asociaciones nacionales que garanticen transparencia, estabilidad y eficiencia en la realización de sus eventos. Ante un escenario de acusaciones y señalamientos, es comprensible que busquen proteger sus competencias optando por una sede que les ofrezca mayores garantías. Así pues, se escribe otro fiasco en la actual gestión de la FPF, que además de sus cuantiosos errores en el manejo del fútbol peruano, acaba de perder por tercera vez la organización de un torneo importante, y todo esto en los últimos cinco años.
Para los jugadores, perder la posibilidad de jugar en casa puede ser un golpe fuerte en términos de moral. La ventaja de ser local no solo tiene que ver con lo técnico, sino también con el apoyo del público, la familiaridad con las instalaciones, y el conocimiento del clima y las condiciones del país. Además, muchos jugadores jóvenes no están habituados a competir fuera de casa en eventos de esta magnitud, lo cual aumenta el reto psicológico. Este cambio puede afectar la confianza de los futbolistas y alterar el entorno en el que se había trabajado para preparar el torneo.
Los problemas para ‘Chemo’
La primera persona en haber pegado el grito en el cielo con esta decisión, sin duda alguna fue José Guillermo del Solar. Después de lo frustrante que fue para él afrontar el Preolímpico Sub-23 con una Selección Peruana sin todo su potencial –los clubes no cedieron a todos los futbolistas–, puso todas sus balas a este Sudamericano Sub-20 y ha trabajado durante todo el año con la localía como principal aliado. Incluso, junto a su comando técnico hizo un gran trabajo de scouting para reclutar un buen número de jugadores con raíces peruanas que militan en el extranjero.
Ahora que el Perú se quedó sin torneo, para ‘Chemo’ esto implica una reestructuración total de la planificación. El trabajo y la estrategia pensada para competir en casa, con el apoyo de la hinchada y en condiciones que ya conoce su plantel, ahora debe ajustarse a un entorno extranjero, lo que incluye variaciones en la preparación física y táctica del equipo. Además, tendrá que proyectar el trabajo con sus jugadores para un contexto menos favorable, donde la presión y las adversidades externas serán mayores.
En definitiva, el haber perdido esta designación afecta al fútbol peruano en todos los niveles, por el trabajo de ‘Chemo’, por la ilusión de los chicos por jugar en casa, y porque nuevamente quedamos retratados ante los ojos del mundo. Y no es por la incapacidad del país, pues los Juegos Panamericanos de 2019 y el que se viene ahora en 2027, son nuestras principales credenciales de que sí podemos realizar grandes eventos. Aquí hay una gran responsabilidad de la FPF y seguramente se vendrán más consecuencias a futuro.
Sudamericano Sub-20 | Ronda | Posición | PJ | PG | PE | PP | GF | GC | Dif. |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Argentina 2013 | Fase final | 5.º | 9 | 3 | 3 | 3 | 13 | 13 | 0 |
Uruguay 2015 | Fase final | 5.º | 9 | 3 | 1 | 5 | 11 | 21 | -10 |
Ecuador 2017 | Primera fase | 10.º | 4 | 0 | 2 | 2 | 2 | 6 | -4 |
Chile 2019 | Primera fase | 9.º | 4 | 1 | 0 | 3 | 2 | 5 | -3 |
Colombia 2023 | Primera fase | 10.º | 4 | 0 | 0 | 4 | 1 | 7 | -6 |
Los registros de Perú en los Sudamericanos Sub-20 de la última década.