¿Cómo entender la crisis de Manchester City? Pep, sumido en el poco recambio y la baja Rodri
El presente de Manchester City es inimaginable para cualquier aficionado promedio. El elenco de Pep Guardiola cuenta con la segunda plantilla más valiosa del momento y también con el jugador mejor posicionado del ranking mundial, pero en las últimas seis apariciones no ha podido ganar y, peor aun, se ha llevado la derrota en cinco de esos compromisos. Sus cinco caídas al hilo parecían el fondo de una crisis que ya comienza a dar señales fuertes, pero haber empatado contra Feyenoord por Champions League luego de ir ganando 3-0 es la muestra más certera sobre lo que no anda bien en uno de los equipos más regulares del último tiempo. La baja de Rodri y el poco recambio han sido letales para el proceso Pep.
Lo primero que hay que mencionar es que Guardiola nunca había tenido una racha tan negativa en Manchester City. Sus cinco derrotas consecutivas se han dado en tres competiciones diferentes y sumándole el empate contra Feyenoord, la defensa celeste ha recibido tres o más goles en tres partidos de la seguidilla. Tottenham, por ejemplo, asaltó Etihad Stadium y se llevó una importante victoria 0-4, agregándole la caída contra el Sporting de Lisboa comandado por Viktor Gyökeres, quien en la victoria 4-1 contra los ingleses se reportó con triplete. Lo interesante es que Rúben Dias, líder de la defensa, solo ha disputado uno de esos seis partidos, hoy lesionado.
Guardiola ha tenido dos bajas sustanciales en esa racha negativa, lo que demuestra que no ha podido tener fichas de recambio y que hoy depende mucho de sus figuras más rutilantes. Aparte de Dias, el zaguero más valioso del mundo, la lesión de Rodri ha desequilibrado el buen andar de Manchester City, volante que se perderá gran parte del curso. El Balón de Oro ha sido la ficha franquicia de Guardiola en sus últimas temporadas, pivote que disputó 50 partidos en la 23/24 y que gracias a su nivel estelar fue cotizado en 130 millones como el segundo español mejor valorado de todos los tiempos.
Debido a esas dos lesiones, Pep Guardiola ha tenido que reorganizar el equipo, pero el mal momento de otros referentes y la oleada de derrotas ha impedido una transición momentánea con suficiente éxito. Uno de los temas por los que más críticas ha recibido el entrenador va de la mano del poco recambio nominal, más allá de que el City esté colmado de estrellas. En la 24/25, Manchester City solo gastó 25 millones en el mercado, siendo Savinho la única compra de un equipo con necesidad en varias posiciones. Parece contradictorio que una plantilla valorada en 1.260 millones sufra de escasez, pero es que Guardiola ha conformado un equipo base muy cerrado.
Si Erling Haaland, valorado en 200 millones y autor de 17 goles durante la temporada, llega a lesionarse, Guardiola no tendría un reemplazante natural para suplir su baja. En los papeles, Oscar Bobb aparecía en la plantilla como el reemplazante de Julián Álvarez, fichado por el Atlético de Madrid, pero el atacante noruego también está lesionado. Haaland, responsable total de la ofensiva, ha tenido un desgaste notorio, pues por Premier League no se ha perdido ningún minuto y solo la EFL Cup ha sido su escenario de descanso, pues por Champions League también ha estado presente en todos los partidos y la exigencia es máxima.
Estos seis partidos le han demostrado a Guardiola que sus jugadores no son máquinas hechas con inteligencia artificial y que en el mercado invernal tendrá que hacer un gasto importante en algunos fichajes complementarios. Ante la baja de Rodri, el esquema Pep ha quedado flaqueando y el técnico ha probado con diferentes fórmulas ineficientes. El buen juego del club británico se ha ido con el español y sus reemplazantes nominales no han podido encontrar la llave correcta, en parte por la gran dependencia que generó el técnico español hacia su mediocampista. Lo mismo con la baja de Dias por lesión y, coincidentemente, un bajo nivel generalizado.
En sus 492 apariciones con Manchester City, Guardiola había tenido algunas rachas aisladas, pero ninguna con más de tres derrotas al hilo. El tridente de caídas había sucedido en dos ocasiones durante su periplo, mucho menos de lo que vive ahora. Ni siquiera el partido contra Feyenoord, salvavidas en el contexto actual, sirvió como rescate efectivo.