Detroit Pistons ha convertido finalmente a Reggie Jackson en su base del futuro a cambio de 80 millones de dólares por las próximas cinco temporadas. Jackson, que era agente libre restringido, puede presumir así de acierto rotundo cuando rechazó el verano pasado los 48 millones por cuatro temporadas que le ofrecieron los Thunder. Esa negativa enturbió su relación con la franquicia de Oklahoma, que le incluyó en febrero en el traspaso a tres bandas en el que se hicieron con Enes Kanter, DJ Augustin y Kyle Singler.
Desde su llegada a Detroit, Jackson jugó 27 partidos en los que promedió 17,6 puntos, 9,2 asistencias y 4,7 rebotes. Y dejó luces y sombras sobre sus condiciones para ser un legítimo base titular más allá de su rol como suplente de Russell Westbrook, en el que había brillado en OKC y que él mismo consideró que se le había quedado pequeño.
Sus defensores aseguran que está a un simple salto de calidad de rondar el nivel all star, y desde luego se trata de un jugador que puede acercarse al triple-doble en casi cualquier partido. Para sus detractores, con ya 25 años no se pueden esperar grandes evoluciones en el estilo de un jugador que no siempre toma las mejores decisiones y pasa por rachas verdaderamente nefastas en el tiro. En cualquier caso, la apuesta de los Pistons es rotunda y probablemente coloque en la parrilla de salida a Brandon Jennigs, que se recupera de la lesión en el talón de Aquiles que sufrió en enero y cuando mejor estaba rindiendo a las órdenes de Stan Van Gundy. Jennings termina contrato con los 8,3 millones de dólares que cobrará en la temporada 2015-16.