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Un Matute totalmente lleno recibió a los planteles de Alianza Lima y Universidad Católica de Ecuador por los octavos de final de la Copa Sudamericana. Desde que sonó el pitazo inicial, los ‘íntimos’ demostraron ser ampliamente superiores contra un cuadro ecuatoriano errático y descoordinado. Sin embargo, no supo traducirlo en el marcador en los primeros 45 minutos.
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MIRA: Alianza Lima derrotó 2-0 a U. Católica con doblete de Alan Cantero por Copa Sudamericana
Solo en esa primera parte, esde su banquillo, ‘Pipo’ se llevó las manos a la cabeza en más de cinco ocasiones: el cabezazo de Guerrero, el disparo errático de Eryc Castillo, la pelota en el travesaño de Kevin Quevedo, el intento de Guillermo Enrique y otros asomos bastante peligrosos de sus dirigidos. La pelota no entraba por más de que los locales la manejaban casi en todo momento.
Esto, incluso, cuando antes de los 10 minutos Kevin Quevedo ya aquejaba una leve molestia en el tobillo derecho que revelaba con una leve cojera durante toda la primera parte. Esto, también incluso cuando alrededor del minuto 37 Alianza Lima tuvo que hacer un cambio inesperado: Hernán Barcos por Paolo Guerrero.

El ‘Depredador’ no llegó a la pelota que le dispuso Fernando Gaibor sobre el sector de oriente pero no por falta de velocidad, sino por un aparente desgarro que lo inmovilizó. Segundos después, se tendió en el piso y el cuerpo médico de Alianza Lima solo ingresó para ayudarlo a salir del campo. Ya con una venda en la rodilla derecha, una cojera y lágrimas en los ojos por su temprana salida, Guerrero se sentó en el banquillo e ingresó Barcos por él. Como se recuerda, Paolo reaparecía tras haber estado ausente en los últimos cuatro partidos de Liga 1 debido a un esguince en el tobillo derecho.
Arco seguro, gol efectivo
Del otro lado de la cancha, Guillermo Viscarra venía vistiéndose de héroe una vez más. Más allá de que la visita no contaba mucho con el balón, supo sacar cuatro remates directos al arco que el golero boliviano desvió con mucha intuición. Los hinchas, desde la gradas, aplaudieron esa destreza que evitaba que los ecuatorianos pudieran aventajarse en el marcador tras contragolpes letales.

Para la segunda parte, ‘Billy’ sumó una quinta heroica aparición que se tradujo en la ovación y aplausos de los hinchas. En la otra área, minutos después, un segundo travesaño le negaba el gol a Alianza Lima pero esta vez tras un disparo de Fernando Gaibor que se dirigía al ángulo. Gorosito, nuevamente, cerró los puños.
Tras mucha insistencia, recién en el minuto 76, el grito ahogado de gol pudo escucharse. Lo hizo Alan Cantero tras una asistencia de cabeza de Hernán Barcos. El número ‘19’ le pego en diagonal dentro del área y venció la portería ecuatoriana. Al primero que abrazó fue al ‘Pirata’, pero la dedicatoria fue para su familia ubicada en occidente lateral norte. El grito de gol fue de un futbolista que viene de recuperarse de una larga lesión de un mes y que sumaba apenas su segundo con camiseta íntima.

En un mano a mano, el atacante José Fajardo, Viscarra sumó una sexta atajada inigualable que le negó el gol a la Universidad Católica. Apenas dos minutos después, en el 86’, Cantero quedó solo frente al arco rival y pudo convertir un doblete que trajo abajo las gradas de Matute. Esta vez su celebración consistió en hacerse la señal de la cruz y apuntar al cielo. Agradecía la noche mágica de su tercer tanto en Alianza Lima.
A la vez que Alan Cantero celebraba, ya sea mirando a la tribuna por su familia o al cielo por su agradecimiento religioso, el Comando Sur coreaba “Corazón Alianza Lima, corazón para ganar” que se contagiaba al resto de tres tribunas al unísono a modo de desahogo. El trabajo estaba hecho. Toca ir a Quito, ahora, a sellar el pase a los cuartos de final de la Copa Sudamericana 2025.
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