El estadio Couto Pereira de Curitiba se llenó para recordar al Chapecoense de Brasil en el día que debería haber disputado allí la vuelta de la final de la Copa Sudamericana contra el Atlético Nacional.
La sorprendente aventura continental del club de Santa Catarina (sur de Brasil) había dejado pequeño al Arena Condá, que con su aforo de 20.000 espectadores no reunía las condiciones de la Conmebol para alojar la decisión del torneo.
El 'Huracán del oeste' eligió entonces como sede Curitiba, a 500 km de Chapecó y ciudad del técnico Caio Junior, muy recordado en el homenaje.
Banderas blancas y verdes, mensajes de cariño al equipo y de agradecimiento a Colombia decoraron una cancha a la que la tragedia le impidió entregar la Copa Sudamericana.
Proclamado campeón de la Copa Sudamericana por la Conmebol, el Chapecoense de Brasil trata ahora de levantar la cabeza entre el dolor para reconstruir un vestuario devastado, que perdió a 19 de sus jugadores.
Ante su delicada situación, el Atlético Mineiro anunció la semana pasada que no se presentará el domingo al partido que debía jugar contra el Chapecoense de Brasil por la última fecha de la liga brasileña.