La gimnasia artística mundial tenía, hasta antes de los Juegos Olímpicos Río 2016, un solo nombre: Nadia Comaneci. Sin embargo, el pasar de los años y la evolución de este deporte hicieron que nazca una nueva 'heredera' llamada Simone Biles, la estadounidense que sorprendió al mundo con su espectacular estilo.
Con tan solo 19 años y 1.45 m. de estatura, la 'mujer de goma' conquistó cuatro medallas de oro en la última cita olímpica y se convirtió en la quinta gimnasta en sumar esa cantidad de preseas doradas. Las pruebas de piso, salto, general individual y general por equipos fueron las que conquistó aquella vez, además de la medalla de bronce en barra de equilibrio.
Detrás de ella había una lección de vida que desafiaba a la felicidad. Con una madre drogadicta y alcohólica, tuvo que ser retirada de su custodia a los 3 años de edad por los servicios sociales de Columbus, Ohio, para ser adoptada por sus abuelos maternos. Desde su primera participación en los Juegos Olímpicos hasta la revelación de esta historia, Simone Biles se ganó, aún más, la admiración de todo el público en el Arena Olímpica de Río de Janeiro.
No solo puso su sello con las medallas que logró en Río y los 10 campeonatos mundiales que la precedían, sino también dejó su propia marca con el doble mortal en plancha que acostumbraba a hacer desde 2013 llamada “El Biles”. Una estrella que se espera siga brillando con luz propia en el futuro.