Después de cinco días de nervios y caídas, Orica tomó la salida de la sexta etapa con sólo seis corredores. Tras los abandonos de Simon Gerrans, con una fractura en la muñeca izquierda, y de Daryl Impey, con la clavícula derecha rota, Michael Albasini no pudo continuar con el brazo izquierdo también fracturado. Además, Svein Tuft tiene el cuerpo lleno de heridas por varias caídas, y Michael Matthews continúa a duras penas con dos costillas fisuradas. Si la salud de Matthews empeora, el equipo australiano podría competir en la contrarreloj por equipos del domingo con cinco ciclistas. En condiciones normales, Orica partiría como uno de los favoritos en la crono. De hecho, establecieron el récord de velocidad del Tour en 2013, a 57,84 km/h.
Matthews empezó la jornada en Abbeville con buen humor. El día anterior se subió al podio a recibir el premio de la combatividad: “Agradezco al Tour que valorara mi sufrimiento. Me costó mucho trabajo entrar en meta, así que lo considero un detalle a la altura de un triunfo”. Sobre sus opciones de seguir en carrera con esa lesión en las costillas, se mostró prudente: “Iré poco a poco. No me quiero ilusionar, aunque intentaré llegar lo más lejos posible”.