En 10 meses pasaron de ser los mejores a convertirse en un equipo más, uno del montón. Denver y Carolina jugaron el Super Bowl en febrero y con todavía una semana de actividad ya saben que estos playoff s los van a ver desde la comodidad de su casa. Ambos arrancaron esta campaña como contendientes y no pudieron con ese peso. Fue demasiado y ninguno de los dos jugará playoffs.
“La próxima semana todo será pensar en el siguiente año y nuestro equipo debe de avanzar”, dijo el entrenador en jefe de los Broncos, Gary Kubiak. “Necesitamos terminar positivamente para poder enfocarnos ya al próximo año”.
En teoría un equipo que llega al juego por el título de la NFL está armado para mantenerse en los primeros planos después de disputar ese encuentro, por ello, no es nada extraño que en la campaña siguiente califique a los playoffs, y probablemente, que llegue a la Final de Conferencia. Pero hay caprichos del destino donde no solo uno, sino los dos que estuvieron en el Super Bowl no tienen los argumentos para calificar.
“Es tiempo de tomarnos un descanso y olvidarnos de esto. Todavía tenemos muchas cosas por lograr ya que somos un equipo joven”, dijo Cam Newton, QB de las Panteras.
Fue una caída estrepitosa, rayando en lo increíble, pero no es la primera vez que el destino le juega así a los dos protagonistas del Súper Domingo. Es la quinta ocasión que esto sucede, pero la última vez que lo vimos fue en 2003, cuando Raiders y Bucaneros vivieron la misma desgracia.