Gabón y Camacho dejaron escapar la victoria en el encuentro inaugural de la Copa de África cuando no hay margen para el error, en ese momento preciso que distingue a los equipos con cuajo de los que están todavía verdes. Fue en el minuto 90. Moría el partido entre dudas de la defensa gabonesa y lo resucitó para sorpresa de Guinea Bissau y de todo el mundo el central Juary Soares, que cazó una falta lateral para hacer saltar por los aires cualquier pronóstico previo a este primer partido del torneo. La joven excolonia portuguesa, de apenas 1,7 millones de habitantes, se llevó un empate entre las caras de incredulidad de Camacho, Aubameyang y el resto de gaboneses que daban por seguros los tres puntos.
Lo cierto es que no fue un debut como para pensar en una Gabón más allá de la medianía. Ni la incuestionable aureola de estrella mundial de Aubameyang sirvió para definir el estreno por primera vez de un técnico español en un torneo tan especial como este. Ya se sabe cómo es el fútbol africano y cuánto cuesta ser protagonista. Le costó también a Gabón, enzarzada en sí misma en su intención de llevar el peso del partido. El técnico de Cieza adelantó a Lemina, una de sus estrellas, a diferencia de la posición de mediocentro en la que juega en la Juventus, y colocó un doble pivote con N’Dong y Evouna al que claramente le faltó fútbol. No hubo excesivo control ni tampoco ocasiones considerables ante una Guinea Bissau orgullosa de estar entre las mejores.
Los nervios y la presión traicionaron a Gabón
La noticia más destacada para los gaboneses fue la aportación por las bandas del joven Bouanga, cedido por el Lorient en el Tours, que fue el único capaz de activar a un público deseoso de ver ganar a su selección, aunque también con un nivel de exigencia considerablemente alto para lo que es la historia futbolística de esta nación. El extremo rondó el gol en un buen golpeo de rosca que sacó Mendes y también fabricó la jugada del único gol de su equipo, manufacturada en la banda derecha y remachada por Aubameyang llegando al área pequeña como una centella por detrás. Es increíble cómo ha sabido reciclarse el jugador del Dortmund a esa posición de nueve puro que hasta hace poco le era desconocida.
Pero los nervios del debut y la presión por llevarse les puntos acabaron por desbordar a Gabón. El técnico de Guinea Bissau hizo cambios significativos con los que bombear balones directos al área y la realidad es que hizo mucho daño a la débil defensa local. Así, pudo empatar Rudinilson en un remate que se fue cruzado por poco y que sirvió de aviso para lo que vino después. Otro centro lateral, en este caso tras una falta, lo cazó Juary Soares en el último suspiro para empatar, duro desenlace para Camacho y su equipo en un debut que deja dudas y muchas sombras. El fútbol -tampoco en África- no permite concesiones ni errores. Y menos en el último minuto.