Una multitud de 35 mil personas dieron el adiós, en la pista del Estadio Nacional de Kingston, a su ídolo Usain Bolt, quien estuvo acompañado de varias estrellas en lo que se llamó “Saludo a una leyenda”.
Si el fuego pirotécnico iluminó el cielo de Kingston, la pista fue irradiada por la estrella, por el hombre más rápido del mundo, quien curiosamente tuvo una de sus peores carreras, pero eso qué importa, porque sus connacionales lo vieron ganar por 10 segundos y tres centésimas.
Una mala salida que aclaró con buen ritmo y zancada le permitió dejar a sus compatriotas Jevaughn Minzie (10:15 segundos), Nickels Ashmeade (10.18), el barbadense Ramon Gittens y el antiguano Daniel Bailey, los dos con 10.24.
“Fue una de mis peores carreras. Mi ejecución no fue de lo mejor. No estaba preocupado por el tiempo, sólo quería competir delante de mis fans”, compartió el multimedallista mundial y olímpico.
Usain Bolt también agradeció el cariño recibido por sus compatriotas, lo cual lo reconforta después del fallecimiento de su amigo Germaine Mason, registrado el 20 de abril pasado en un accidente en motocicleta.
“Sé que Germaine hubiera querido que hiciera esto”, expuso Botl sobre el jamaicano británico que ganó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos Beijing 2008.
El presidente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), el británico Sebastian Coe, agradeció a Bolt por cambiar la cara de esta disciplina, “ha animado a tantos jóvenes a practicar nuestro deporte, y su viaje lo tiene que continuar”.
A la despedida asistió el sudafricano Yohan Blake, quien se perfila a ocupar la vacante de Usain, al concluir el Campeonato Mundial de Atletismo de Londres, y se impuso en el segundo bloque de los 100 metros con 9.97 segundos, que es la sexta vez que rompe la barrera de los 10 segundos.
También estuvo la estrella sudafricana Wayde Van Nieker, récord mundial y olímpico en los 400 metros planos, quien anoche triunfó en los 200 metros con 19.84.
Así que una constelación iluminó la pista que marcó el adiós de Usain Bolt ante su gente, sus compatriotas, amigos y familiares en el Estadio Nacional de Kingston.