Tres deportistas en diferentes especialidades, pero un mismo sentir: ser madres.
Anggie Avegno, Diana Durango y Johana Ordóñez comparten la experiencia más maravillosa que las mujeres pueden vivir al traer un hijo al mundo y convertirse en madre.
Las deportistas que han llenado de alegrías a Ecuador con múltiples medallas y participaciones internacionales se dieron tiempo para detallar cómo les cambió la vida ser mamá y estar en la alta competencia.
La canoísta Anggie Avegno dice: “Una madre lo mejor que hace es proteger lo que trajo nueve meses en el vientre”. Con 23 años, la múltiple campeona, se convirtió en madre, una experiencia que le dio a su vida un giro de 360 grados. Como deportista su rutina giraba en torno a su preparación y competencias, como estudiante universitaria estaba enfocada en su carrera en Educación Física; ahora, asegura, tiene una motivación extra para alcanzar sus objetivos.
La canoísta comenta que entrenó hasta los ocho meses de gestación, siempre bajo la supervisión de su médico y luego de convertirse en mamá regresó a los entrenamientos a los 15 días de la cesárea.
Antes de la cuarentena la guayaquileña entrenaba en dos jornadas diarias, entre preparación física y canoa. Su pequeño Ían Saúl, cuyo padre es el kayakista Ernesto Rojas, al menos un día a la semana acompañaba a sus padres a los entrenamientos.
Este domingo celebra su primer Día de las Madres y el mejor regalo es que lo hace junto a su pequeño hijo. “El objetivo de una madre es cuidar, criar y proteger a su hijo, no es la mejor fiesta, la mejor comida, el mejor regalo, creo que una madre lo mejor que hace es proteger lo que trajo nueve meses en el vientre”.
Diana Durango
Una de las primeras mujeres ecuatorianas en clasificar a los Juegos Olímpicos Tokio 2021 fue Diana Durango, en tiro deportivo.
Su deporte pareciera poco convencional en las damas, pero la quiteña ha sabido llevarlo con éxito y dedicación de la mano con su trabajo como oficial, con el grado de capitana, en el Ejército Ecuatoriano y su labor como madre con su pequeño Cristopher, de seis años.
“Me ha costado un poco con mi hijo, revisar las tareas, por mi deporte, por mi trabajo yo he tratado de donde sea sacar tiempo para él. Este confinamiento me ha ayudado bastante para compartir con él, realizar tareas, conocer más a mi hijo y ayudarle en lo que necesita”.
La vicecampeona panamericana en 25 metros pistola reconoce que los viajes por competencias internacionales no le permiten estar con su hijo al 100 %, pero la motivación que le da su pequeño es suficiente para alcanzar sus metas. “Siempre que refiero acerca de mis logros o alguna medalla que he conseguido, nombro a mi hijo en primer lugar, porque considero que es una inspiración mayor en los momentos de mis competencias. Pienso mucho en él cuando compito, y eso me ayuda a mantenerme fuerte”.
Johana Ordóñez
Este Día de las Madres será diferente para muchos, pues la emergencia sanitaria por el COVID-19 evitará reuniones y grandes festejos, pero para la marchista Johana Ordóñez será sencillamente especial, ya que la mayoría de sus Días de las Madres los ha pasado en competencias internacionales.
“El 2018 estuve junto con ellos y celebramos, pero muchas veces coincide con los campeonatos mundiales o copa panamericana de marcha”, refiere.
La campeona Panamericana 2019 de los 50 km marcha, es madre de dos niñas: Samantha, de 9 años, y Tiffany, de 8. Con ellas comparte la pasión por el deporte, la primera practica ballet y la segunda es patinadora de carreras.
“Fuimos a Perú en el 2017 a un Panamericano de marcha, fuimos porque era cerca, accesible en el aspecto económico. Aquí en el país me acompañan donde vaya, viajan conmigo. Ahora están más grandes, compiten incluso, ya no solo soy yo la que compite, nos organizamos para asistir a los torneos”.
La azuaya cuenta que cuando nació su primera hija se daba tiempo para ser madre, entrenar y estudiar los últimos años de su carrera profesional. “Para mí ser madre es un don, algo muy especial, que ha nosotras nos da fortaleza, energía, motivación, estar al 100%. Cuando uno es madre cambia mucho la perspectiva de ver las cosas, uno sabe que no puede perder el tiempo en algo, hay dos niñas detrás de mí, ellas van a mirar el camino que hice, soy su ejemplo, y quisiera darles el mejor recuerdo que ellas puedan tener de mí”. (D)