Para bien o para mal, la ambición de los nuevos Lakers capitaneados por Magic Johnson y Rob Pelinka es uno de los asuntos más recurrentes en la actual NBA. Así que tenía que serlo también en este All Star Weekend 2018 que se celebra, precisamente, en Los Ángeles, y que ha sido bastante tranquilo en lo que se refiere a rumores gracias a que a diferencia de lo que suele ser normal se ha celebrado después de un cierre de mercado invernal muy adelantado este año.
Los Lakers quieren a dos estrellas y con la salida de Jordan Clarkson y Larry Nance hicieron sitio para ellas, en 2018 (LeBron James, Paul George, DeMarcus Cousins…) o en 2019 (Klay Thompson, Kawhi Leonard…). Como además el área de L.A. es una factoría inagotable de talento para las pistas de la NBA, el factor local ha estado presente en este asunto durante los últimos años: los niños del sur de California crecen siendo aficionados de los Lakers, y eso incluye a un DeMar DeRozan que decidió renovar con los Raptors, a un Kevin Love (estudió en UCLA) que sonó en el pasado para volver a Los Ángeles, a un Russell Westbrook que estaba en muchas quinielas hasta que selló su continuidad en OKC por 205 millones hasta 2023… y por supuesto es un asunto crucial en los rumores acerca de Paul George, cuyo entorno filtró hace un año que quería jugar en los Lakers pero que ahora tampoco parece muy lejos de seguir en los Thunder.
Cada vez que George, un objetivo tan claro que hasta la NBA multó a Magic Johnson por acercamientos excesivamente notorios a su entorno, pisa el Staples, el público le recibe como a uno de los suyos: en el último partido de los Thunder hubo cánticos de “we want Paul” que George dijo después, con mucha corrección política, no haber escuchado bien. Pero es que se repitieron ayer en la comparecencia de los jugadores del All Star ante los medios, que por primera vez permitió también la entrada de público. Westbrook, en uno de los grandes momentos del día, se encaró desde la mesa en la que él atendía a los medios con los aficionados de los Lakers allí concentrados: “Paul George no va a ir a ninguna parte, ya es tarde para eso”, gritó el base de los Thunder, al que pone de mal humor este asunto porque ya se quedó en su día sin Kevin Durant. Y no quiere repetir experiencia.
Klay Thompson, angelino e hijo de Mychal Thompson, campeón con los Lakers en 1987 y 1988, no negó que algo hay en eso de que todos estos jugadores criados en el área de L.A. quieren vestir la camiseta amarilla y morada: “Algo hay de verdad en ello, especialmente si has crecido aquí, tienes por aquí a tu familia…“. El escolta reconoció que espera muchas preguntas sobre su futuro hasta el verano de 2019 y aunque aseguró que su corazón está en los Warriors, no cerró la puerta a una mudanza un poco más al sur: “No sé lo que haré, pero sé que quiero jugar en algún sitio que haga sol y buen tiempo, no quiero ir a un sitio en el que haga frío”.
Paul George, por su parte, dejó claro que no quiere entrar al trapo de cada rumor que se saca de quicio y cada detalle que se acaba considerando crucial: “Son cosas de la prensa, cogen un titular y sacan sus conclusiones. Es hasta divertido, pero ni yo sé todavía qué voy a hacer el próximo verano”. Y seguramente así sea, aunque vayamos a seguir escrutando cada detalle y cada respuesta en busca de pistas sobre una decisión que, en cualquier caso, cada vez está más cerca.