Enes Kanter hizo una broma sobre Kyrie Irving. Kemba Walker intentará reemplazar a ese mismo jugador aludido en los Boston Celtics. Esto durante la ceremonia de presentación de ambos jugadores para la próxima temporada de la NBA.
Irving no está más con los Celtics, pero su breve e infructuosa estancia en Boston aún permanece en la mente de los aficionados en la ciudad e, incluso, en la de los jugadores que todavía no juegan un solo minuto para el equipo.
En el día en que los Celtics presentaron a Walker como su base del futuro, Kanter dijo que eligió el número 11, vestido por última vez en Boston por Irving, en parte porque fue su dorsal en Oklahoma City durante la temporada 2016-17. Pero también citó un comercial en el cual Irving aspiraba a que el número fuera retirado en su honor.
“Quiero ser la razón por la que nadie más lo vista”, dijo Kanter, desternillándose de la risa y provocando carcajadas entre los periodistas durante la conferencia de presentación que compartió con Walker. “Tenía que decirlo”.
Irving fue la gran adición de los Celtics en la agencia libre hace dos veranos, cuando solicitó a los Cavaliers de Cleveland canjearlo. Aterrizó en Boston a cambio del inmensamente popular Isaiah Thomas.
Los Celtics, que acababan de perder la final de la Conferencia del Este contra Cleveland, volvieron a esas instancias al siguiente año — cuando Irving estuvo lesionado —. Pero fueron eliminados en la segunda ronda de los playoffs esta campaña, cuando Irving estuvo sano.
El gerente general, Danny Ainge, se esforzó en explicar que no responsabiliza a Irving por la decepcionante temporada del equipo.
“Con el último base, no terminó como queríamos este año, pero ciertamente no fue su culpa”, sostuvo Ainge.
Irving, quien había hablado de su deseo de terminar su carrera en Boston — y de que su número fuera retirado — optó por salirse de su contrato y firmó con los Nets de Brooklyn. Los aficionados estuvieron mayormente felices de verlo partir, y Walker sintió lo mismo el miércoles, al bromear con un reportero sobre el hecho de que la Tierra es plana, una referencia a otro comentario famoso de Irving.
Al Horford abandonó también el barco, lo que significa que los Celtics perdieron a sus mayores adquisiciones de las últimas dos o tres temporadas.
En vez de sumar a jugadores en papeles más discretos para buscar su 18vo título de la NBA, los Celtics necesitaron reemplazar a sus estrellas. Pero el entrenador en jefe, Brad Stevens, señaló que nunca pasó tiempo preocupándose de si el plantel necesitaba de una reconstrucción que requeriría varias temporadas.
“Siempre pasamos por todos los escenarios”, declaró. “Pero nadie estaba mirando lo que no íbamos a ser. Nunca lo vimos de esa manera”.
Fue entonces que Ainge se puso a trabajar. Walker fue firmado por cuatro años y 141 millones de dólares, lo máximo que podía ofrecer Boston, pero 80 millones menos de lo que los Hornets de Charlotte podían haberle pagado por cinco temporadas.
“Este era nuestro Plan A”, aseguró Ainge, sentado entre Walker y Kanter durante la conferencia de prensa en las instalaciones de entrenamiento del equipo. “Obtener a Kemba era la prioridad máxima en la agencia libre”.
Ainge no perdió tiempo — incluso antes de alcanzar un acuerdo con Walker. El gerente general le entregó su teléfono a Walker para que pudiera ayudarlo a reclutar a Kanter. Y funcionó.
“Eso me emocionó mucho”, reveló Kanter. “Un tipo que va al Juego de Estrellas, una superestrella, llamándome y diciéndome que me quería aquí. Eso me hizo sentir muy especial. Llamé a mi representante y le dije que parecía un buen lugar para estar”.
FUENTE: AP
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