Este domingo 31 de julio, el mundo del basketball se vistió de luto luego de que se confirmara la noticia del fallecimiento de Bill Russell a sus 88 años. El reconocido basquetbolista ostenta el récord de jugador con más anillos en la historia de la NBA, en total 11. Todos ellos conseguidos con los Boston Celtic en las décadas de los 50 y 60.
La noticia se dio a conocer mediante un comunicado elaborado por sus propios familiares: “Bill Russell, el ganador más prolífico en la historia del deporte estadounidense, falleció en paz hoy a los 88 años, con su esposa, Jeannine, a su lado. La esposa de Bill y sus muchos amigos y familiares les agradecen por tener a Bill en sus oraciones”.
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Bill Russell, el mejor rebotador de la historia
Bill Russell, quien era conocido como ‘The Hawk’, se caracterizó en el aspecto defensivo y es recordado por ser uno de los mejores reboteadores y taponadores de la historia de la NBA. Durante su carrera capturó 21.620 balones, y es, junto a Wilt Chamberlain, los únicos jugadores que han cogido 50 rebotes o más en un partido.
En 1975 ingresó al ‘salón de la fama’ del basketball como jugador, y el año pasado lo hizo como entrenador. Con ello se sumó a John Wooden, Lenny Wilkens, Bill Sharman y Tom Heinsohn como los únicos cinco basquetbolistas en conseguirlo.
Además, en 1996 fue nombrado uno de los 50 mejores jugadores de la historia de la NBA. Tan grande fue su legado que, tras su retiro en 1972, los Bolton Celtics retiraron su dorsal número seis.
Bill Russell y su lucha contra el racismo
Además de su faceta como deportista, Bill Russell ha sido siempre un activista en la lucha contra el racismo en los Estados Unidos. Durante su juventud marchó en varias ocasiones junto a Martin Luther King para defender los derechos de las personas afroamericanas.
En 1963, cuando la segregación en EE. UU. era radical, se animó a formar el primer campamento integrado de baloncesto para blancos y negros. Este recinto era vigilado por miembros del Ku Klux Klan y protegidos por activistas negros. También se negó a asistir a la ceremonia de ingreso al ‘salón de la fama’ por considerarlo un acto racista y en 1961 se negó a jugar un partido porque no le permitieron el ingreso a él y algunos compañeros a un restaurante.
“Bill representaba algo mucho más grande que el deporte: los valores de igualdad, respeto e inclusión que imprimió en el ADN de nuestra liga”, declaró Adam Silver, comisionado de NBA tras su fallecimiento.