A pesar de que no fue el favorito para llevarse el Tour de Francia 2017, Rigoberto Urán demostró - una vez más- que puede superar los obstáculos que le da la vida. El ciclista quedó en segundo puesto del circuito galo y se convirtió en el tercer colombiano en llegar al podio.
Este resultado llena de alegría al pueblo cafetero. Además representa un importante logro para Urán, quien desde muy joven (14) tuvo que hacerse cargo de su familia tras el asesinato de su padre, justamente, fue él quien le inculcó el amor por este deporte. Pese a todos los problemas que tuvo, nunca abandonó su bicicleta (que en realidad era de su tío); por el contrario, superó la adversidad estudiando de día y vendiendo loterías por las noches para así perseguir su sueño de ir a Europa.
Urán dio el salto a Italia y firmó por el modesto equipo Tenax en 2006, luego de una lesión en la clavícula su carrera continuó con altibajos, pero nunca se rindió. Lo mejor vendría después en 2012. El nacido en Antioquia ganó el 'maillot' blanco del Giro de Italia, el cual lo acreditaba como el mejor joven de la competencia.
En los Juegos Olímpicos de Londres, obtuvo la medalla de plata en la prueba de Ciclismo de Ruta, consiguiendo el primer galardón para Colombia en la justa deportiva. Tras ello vendrían más logros como estar dos veces en el podio del Giro de Italia (2013 y 2014).
Ahora, en el Tour de Francia sustituyó en el podio a su compatriota Nairo Quintana, quien era el llamado candidato colombiano. Su subcampeonato se basó en la regularidad y en su capacidad de estar con los mejores en todos los terrenos.
Tras varias etapas logró superar al francés Romain Bardet, y se quedó a 58 segundos de Froome, quien en más de una ocasión lo vio como una real amenaza. El colombiano nunca perdió la fe en sus fuerzas, por el contrario se motivó cuando todo estaba en contra. La vida le enseñó hacerse cada vez más fuerte.