El piloto brasileño Felipe Massa (Williams) regresó hoy a su casa, el circuito de Interlagos, donde protagonizó su segunda despedida del Gran Premio de Brasil, la penúltima cita del calendario de la Fórmula Uno antes de su retirada definitiva.
"Tengo ganas de sentir por última vez lo que es correr en casa", dijo Massa (Sao Paulo, 1981) las vísperas de la carrera.
Y la sensación este domingo fue buena. El brasileño terminó en la séptima posición en su decimocuarta visita a Interlagos, tras aguantar la presión en una bonita batalla con español Fernando Alonso (McLaren-Honda), quien consiguió un octavo puesto.
"Di lo mejor, el resultado fue como una victoria para mí", comentó.
Todavía dentro del coche, el brasileño, ondeando una bandera verde, se emocionó al recibir un mensaje de radio de su hijo pequeño: "Estoy orgulloso de ti papá (...) Donde vayas te apoyaré. Por cierto, me encantó tu salida", dijo en inglés Felipinho.
A diferencia del año pasado, cuando tuvo que abandonar anticipadamente la pista, Massa, de 36 años, consiguió finalizar la carrera y se despidió por la puerta grande de su afición, que le recibió como un héroe.
"Gracias a todos. Os quiero. Os voy a echar mucho en falta. La emoción que sentí es inmensa, como la del año pasado. Es un día que nunca voy a olvidar en mi vida", señaló Massa, en portugués.
El de Sao Paulo, que durante mucho tiempo fue escudero de Michael Schumacher en Ferrari, creció en el circuito de Interlagos y fue allí donde en 2008 estuvo a un paso de la gloria máxima de la Fórmula Uno.
"Massa es mi ídolo, es quien me hizo que me gustara la Fórmula Uno de verdad. En 2008, cuando él competía por el título contra Hamilton, fue algo que rompió el corazón, es una persona muy importante para mí", dijo a Efe Gustavo Grandini, 18 años.
Massa fue ganador en dos ocasiones de la carrera de Brasil (2006 y 2008, ambas con Ferrari) dentro de sus once victorias en la Fórmula Uno, un "sueño hecho realidad" para un piloto brasileño que siempre quiso llegar a la principal categoría del automovilismo.
El paulista ya hizo un amago de retirada el pasado año -cuando se despidió de su público entre lágrimas-, pero semanas después pospuso la decisión "para ayudar a Williams" y esperó a 2017 para cerrar definitivamente su historia en la Formula Uno.
Tras la carrera de Abu Dabi, la última cita de la temporada, Massa aparcará su monoplaza en la Fórmula Uno después de quince años, pero ya ha expresado su deseo de continuar compitiendo en otra categoría del automovilismo, probablemente la Fórmula E.
Aunque primero, bromeó hoy, competirá en el sofá de su casa después de 15 años en la categoría reina del automovilismo, en los que ha competido con Sauber (2002, 2004 y 2005), Ferrari (2006 y 2013) y Williams (2014 a 2017).
Durante su trayectoria, el piloto ha disputado 268 carreras, en las que ha obtenido once victorias, 41 podios y ha salido en 16 ocasiones de la primera plaza de la formación de salida de un Gran Premio.
Su retirada, está vez definitiva, significa que la próxima temporada será la primera desde 1969 en la que no habrá ningún piloto brasileño en la F1.
"Eso es triste. Creo que va a haber muchos brasileños que van a dejar de asistir a la Fórmula Uno ahora", lamentó Grandini.
Massa dice adiós de nuevo y lo hace esperando que Brasil continúe en el calendario de la Fórmula Uno.
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