Acostumbrados a una recta final de mercado extenuante, esta no ha sido la melódica sinfonía invernal del Valencia a la que nos tenía acostumbrados, y no porque no hubiera una necesidad que cubrir. El equipo valencianista habría estado buscando un miembro interesante que poder incorporar al carril derecho que se encargarán de ocupar, hasta el término de la temporada, Martín Montoya, Nacho Vidal y hasta en ocasiones Rubén Vezo, en lo que supone un hecho que no ha dejado satisfechos a los aficionados del club.
De momento, el mes de enero ha dejado muy frío al valencianismo que solo ha incorporado a dos jugadores a sus filas, Luciano Vietto y Francis Coquelin. Aunque todo parecía prometedor, especialmente con el arranque del argentino en Copa del Rey con ese hat-trick, la chispa no ha resurgido por ahora. Por su parte, el centrocampista francés ha tenido que coger responsabilidad a la carrera, pero deja mejores sensaciones que su compañero de plantilla debido al trabajo que aporta en el campo, la función más destacada de su juego hasta el momento junto a su posicionamiento. Dos únicas entradas a las que se suman las incorporaciones en la plantilla de Toni Lato y Ferrán Torres, ambos ya con ficha del primer equipo. A pesar de esto, no se solventa el problema de un plantel excesivamente corto y que tendría alguna ocupación en situación precaria que rellenar, lo que sitúa al club con mucho trabajo por delante, de cara al verano, donde la actividad en las oficinas para consolidar entradas espera mucho movimiento.
Varias salidas, pero Maksimovic se queda
Además de los fichajes, el Valencia se desprendió de varios jugadores. El primero, y antes de la ventana invernal, Fabián Orellana. A este le siguieron los canteranos Rober Ibáñez, comprado por el Getafe para posteriormente ser cedido a Osasuna, y Nacho Gil, a préstamo en la UD Las Palmas. Se espera el paso adelante de ambos, donde entonces un regreso a Mestalla consolide sus opciones de permanecer allí. Pero más importante que aquellos que salieron, sería el resultado de los que no lo hicieron, o más bien el que no lo hizo.
Desde el club se llegó a valorar la posibilidad de que Nemanja Maksimovic saliera en busca de unos minutos garantizados en otro equipo, pero las palabras de Marcelino, que confía plenamente en el joven serbio, así como las numerosas bajas de los últimos encuentros, tanto como su rendimiento ascendente, hicieron apostar por su continuidad, una que podría agradecerse en las próximas fechas. Sus actuaciones han sido muy prometedoras en los partidos recientes y las lesiones favorecen su aparición. Diferente sería el caso de Nacho Vidal, quien optó por quedarse ante la falta de un equipo que le ofreciera una mejor oportunidad de la que ahora disponía.
En el frente, el Valencia tiene la obligación mental y económica de alcanzar el objetivo Champions, así como de luchar en Copa del Rey por brindar una alegría a una hinchada que no ha pasado por su mejor época con los altibajos de su equipo. En los próximos meses, los blanquinegros se deberán poner manos a la obra con el plantel de la siguiente temporada, empezando con la ejecución de la compra de Geoffrey Kondgobia que supondría el primer paso de cara a la 18/19.