El arranque del Barcelona ante el Valencia fue un monólogo, con posesiones tan eternas como estériles. Los Ches iban detrás del balón con dos líneas de cuatro muy juntas que no dejaron resquicio alguno por donde filtrar un pase.
Los de Albert Celades esperaban con paciencia su oportunidad y ésta llegó a los 10 minutos de iniciado el compromiso en Mestalla, tras una acción personal de Gaya que fue derribado por Gerard Piqué en el área de la escuadra catalana.
La hinchada local pidió la roja y penal, pero el árbitro Gil Manzano solo concedió la pena máxima y tarjeta amarilla.
Ante la ausencia de Dani Parejo, capitán y jugador insignia del Valencia, el delantero uruguayo Maxi Gómez tomó la responsabilidad del lanzamiento pero Ter Stegen lo detuvo y comenzó su particular exhibición.