Era imposible que la previa a este Gran Premio no tuviera como epicentro a Carlos Sainz. Correr con un Ferrari frente a tu gente es demasiada adrenalina para cualquier mortal. En un campeonato dividido entre los protagónicos de Verstappen y Leclerc, este fin de semana el reflector posa sobre uno de los actores de reparto: Carlos Sainz. Una atención inmensa que se repotencia con la opaca clasificación de Fernando Alonso que no superó siquiera el Q1 y con el hecho que Carlos ostenta el apellido más glorioso del automovilismo español.
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Lamentablemente a la hora del asfalto, Sainz Jr. no ha podido canjear la ilusión local con la pole y ha visto como Leclerc ha dejado en claro que tiene las capacidades que se le exigen a un protagonista. El monegasco apostó en la qualy por no arriesgar los cauchos en la Q1 y Q2 y entregarlo todo en el remate. Empero un trompo en la chicana de definición de la Q3 lo ha obligado a salir en el último giro a buscar los tiempos. Es ahí, con la presión de saber que podía quedar en el fondo y con la tribuna de coequiper exigiendo que demuestre si los flashes le pertenecen, donde Leclerc ha expuesto de qué está hecho cerrando la pole más emotiva de la temporada y gritándole al mundo que tiene lo necesario para ser llamado candidato.
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De las 31 últimas ediciones del GP de España en 28 los ganadores partieron desde la primera línea. Esto quiere decir que Leclerc y Verstappen tienen 90% de posibilidades de encabezar hoy el baño de champagne sobre el podio español. Sainz Jr. va por la histórica desde la tercera casilla esperando romper la lógica. ¿Se puede? Auto tiene, su afición brama y el circuito lo conoce. Tres elementos vitales que ilusionan a los locales en revivir aquella mítica victoria del 2013 cuando Fernando Alonso, enfundado en ese mismo antiflama escarlata, partiendo desde el quinto lugar logró ganar frente a los suyos y cachetear los pronósticos. El reto no es sencillo, pero quién dice que formar parte de la historia alguna vez lo ha sido. Si Carlos lo duda no tiene más que mirar la repisa de su papá donde reposan los dos títulos mundiales de rally y los tres del Dakar que logró con ese mismo apellido que hoy tiene bordado en el pecho.
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