El epílogo de la temporada pasada de la categoría dejó muchos cabos sueltos. Si bien en la contundencia de la clasificación quedó en evidencia que Red Bull y Verstappen eran intratables, la manera como se dieron las últimas fechas de la mano de la oficialización de una sanción para los toros alados, los Mercedes llenándole los espejos a los Ferrari, los tifosis sufriendo con las decisiones de sus boxes y las estrategias de Binotto, con los ojos cargados por el adiós de Vettel y el incipiente inicio de la guerra civil entre Checo Pérez y Max Verstappen. Así en una categoría la racionalidad e ingeniería suelen establecer la escena, el 2022 terminó con intensas dosis emocionales. Hoy el calendario ha hecho lo propio y nos volvemos a encontrar en una nueva temporada con tantos pendientes como inquietudes.
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En los giros de pruebas de este año Red Bull ha dejado en claro que el veneno de su favoritismo sigue intacto. Pese a ello Horner, team manager, ha confesado que esta realidad los obliga a ser muy eficientes en estos días de desarrollo. “Está limitando significativamente la cantidad de pruebas que podemos hacer en nuestro túnel de viento en cada trimestre. Y creo que el equipo está teniendo que adaptarse a eso. Y eso significa que tienes que estar un poco más centrado, y más disciplinado en lo que ponemos a través del proceso de pruebas en el túnel o dentro de nuestras herramientas de simulación”, admitió Horner. Por lo pronto parece que la flecha morada no tendrá problemas para imponer autoridad en las fechas iniciales. Donde el problema sigue intacto en las relaciones Pérez – Verstappen, esto significa que al menos el primer tercio del campeonato la pelea en pista, entre ambos, será frontal. Las órdenes de equipo de seguro se guardarán cuando la clasificación decante en un favorito pero lo pronto el equipo tendrá que mostrar cero favoritismo y paradas excelentes en boxes para que no existan denuncias de predilección en el pitlane.
Tras cómo terminó la temporada todo haría presagiar que Mercedes sería el rival natural de Red Bull pero los rendimientos previos no están alimentando esta condición. El auto no amenaza, los tiempos no llegan y Lewis Hamilton ya hizo lo que más sabe últimamente: quejarse. “El auto está perdiendo tiempo respecto a sus rivales tanto en las curvas de alta como en las de baja velocidad. Es evidente que el ritmo de carrera de Red Bull es más o menos un segundo por vuelta más rápido. Simplemente vamos por mal camino. Así que tenemos que seguir trabajando y encontrar la manera de cambiar la situación. Pero ahora mismo, estamos muy lejos de los de adelante”, ha declarado el multicampeón. Y así cuando todos esperaban que Mercedes levante las velas de ataque y se ponga el traje protagónico, estos giros de entrenamientos han puesto sobre la mesa un nuevo retador: Aston Martin con Fernando Alonso.
Si quieren una apuesta que pague dividendos elevados, a costa de un riesgo alto, Aston Martin es el candidato. El monoplaza de moda empuñado por el piloto más vintage de la grilla viene encadenando tiempos escalofriantes ante la sorpresa del paddock. Así, tras terminar séptimos en la clasificación pasada, Aston Martin tiene todas las intenciones en poner el color verde de moda este 2023. ¿Cómo lo han hecho? En gran medida esto responde a los fichajes realizados de los especialistas de aerodinámica Dan Fallows (campeón con Red Bull) y Eric Blandin (campeón con Mercedes). La casa británica ha venido trabajando en este monoplaza con artesana dedicación y magnate inversión que contempla una nueva fábrica, un túnel de viento de última generación y hasta 16 cambios versus la versión 2022. Estamos entonces frente a un auto con potencial que tiene el agregado de tener a uno de los mejores pilotos desarrolladores y experimentados de la grilla: Fernando Alonso. “En la escudería hay un respeto absoluto por Fernando. Cuando él habla todo el mundo calla. Sus comentarios respecto al monoplaza han supuesto otro aspecto fundamental para el crecimiento del equipo. Cuando Fernando siente un vehículo ya sabe cuáles son sus defectos y dónde debe destinar el equipo sus recursos para mejorar. Ese poder es sumamente valorado hoy por su escudería”, admitió Pedro de la Rosa, embajador del equipo.
Ferrari sabe que el problema de sus ambiciones no pasa tanto por el desarrollo tecnológico o matriz del monoplaza sino por cómo plantean las carreras desde el pitlane. Por ello la casa italiana ha realizado muchos enroques para garantizar más papelones. Fred Vasseur tomó el puesto de team manager, tras relevar a Mattia Binotto, y ni bien se puso el color escarlata declaró: “Cuando se habla de estrategia, aerodinámica u otro tema, hay que evitar centrarse sólo en la cúspide de la pirámide. Muy a menudo, cuando se habla de estrategia, es mucho más una cuestión de organización que sólo el tipo que está en el muro de boxes”. Estas palabras, de inicio, dejaban en claro de los cambios que se iban a aplicar y una muestra clara ha sido el reemplazo, en el puesto de jefe de estrategia, de Iñaki Rueda por el indio Ravin Jain, quien ejercía la posición de ingeniero de estrategia de carrera en Maranello. Ravin es licenciado en física por la Universidad de Oxford y posee un máster en física matemática y teórica. También han sumado a Laurent Mekies, como director de carrera de Ferrari, quien se centrará en todos los aspectos operativos del equipo.
Como verán todos han hecho lo propio para mantener la emoción de la categoría reina en una temporada donde la emoción promete durante las 23 carreras programadas en 20 países. Un calendario robusto, de muchos traslados para los equipos, agotadores viajes y un incremento notable de carreras callejeras. Además, tendremos seis carreras sprint (Azerbaijan, Austria, Bélgica, Qatar, Estados Unidos y Sao Paulo) y se ha mantenido la suspensión de la carrera de China (una decisión que se tomó en los tiempos de Covid-19). Inicialmente se decidió reemplazar la fecha por Turquía o Portugal, pero la propuesta no prosperó. Y si bien el calendario arrancará nuevamente con Baréin, por quinta ocasión consecutiva, se han reprogramado las carreras de Barcelona y Bélgica. Veintitrés peleas asfálticas buscando la monarquía más deseada del mundo automotor.