La temporada llegó a su fin con Mercedes protagonizando la última emoción. En un año dominado por los Red Bull, que se llevaron tanto la corona como el subcampeonato de pilotos, así como la monarquía de constructores, la definición en Abu Dhabi dejaba solo un asunto pendiente: el segundo lugar en la Copa de Constructores. Fue un año brutal para Red Bull, con un récord impresionante del 95.5% de carreras ganadas, superando a Senna-Prost en 1988 (93.8%). A pesar de la previsibilidad de las victorias en 2023, con Verstappen ganando 19 de las 22 carreras programadas, la cerrada batalla entre Mercedes y Ferrari añadió emoción al cierre del campeonato. Aunque la diferencia entre ambas escuderías era solo de cuatro puntos a favor de las flechas plateadas, la tendencia de las carreras previas sugería un posible enroque en Yas Marina.
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Ferrari perdió el subcampeonato de constructores 2023, una constante en sus últimos años en la categoría y, en esta ocasión, culpa exclusivamente suya. Su estrategia dependía del azar, especialmente en la detención de Carlos Sainz, que llevaba neumáticos duros, condicionada a la aparición del auto de seguridad, que nunca llegó. ¿Cómo una escudería puede apostar el subcampeonato al azar? Ferrari experimentó altibajos de consistencia y estrategia durante las 22 carreras del año, con siete abandonos y la descalificación de Leclerc en Estados Unidos. A pesar de todo, terminaron terceros en un campeonato donde, si Aston Martin no hubiera puntuado solo con Alonso y McLaren no hubiera tenido un mal inicio, fácilmente podrían haber sido cuartos.
La incertidumbre en Ferrari es palpable. Desde los boxes, envían estrategias que varían de la A a la F, incluso preguntando a sus pilotos en más de una ocasión: “¿qué se les ocurre?”. En situaciones inauditas, vimos a Carlos Sainz en Singapur jugando estratégicamente con el DRS para blindar su posición o a un ansioso Leclerc dejando pasar a Checo Pérez en Abu Dhabi, ilusionado con la posibilidad de sacar 5 segundos de ventaja para dejar fuera a Russell. ¿Hasta qué punto ha llegado Ferrari para que sus pilotos tengan que improvisar estrategias como si se tratara de una versión desenfrenada de “Rápidos y Furiosos”?
Este año confirmó que en circuitos rápidos y con motores fiables, Ferrari brilla. Sin embargo, en las 22 carreras programadas, ni Sainz ni Leclerc lograron una vuelta rápida. Yuki Tsunoda consiguió una en Austin con Alpha Tauri, incluso Guanyu Zhou en Bahrein con Alfa Romeo y motor Ferrari también lo logró. ¡Con un motor Ferrari! A pesar de ello, los escarlatas no estuvieron a la altura una vez más.
“Empezamos con mal pie en Bahréin. Cuando tuvimos que parar, éramos terceros y nos penalizaron en la segunda carrera. Significó casi 25 puntos de penalización para Charles, además de los puntos que estábamos regalando a los demás con los dos Mercedes que estaban detrás de nosotros. Cedimos más puntos que nuestros competidores, un área en la que debemos trabajar para el próximo año, siendo más oportunistas y eficaces”, declaró Fred Vasseur, jefe del equipo Ferrari, explicando las matemáticas del momento pero sin abordar las razones.
Mercedes aseguró el subcampeonato de constructores como resultado de su constancia. Cometieron menos errores estratégicos que Ferrari, sus pilotos sumaron más puntos que el solitario Fernando Alonso en Aston Martin, y tuvieron un mejor inicio de temporada que los en ascenso McLaren. Después de 22 carreras, el equipo de la estrella se consolidó como la segunda fuerza en la parrilla: subcampeones de constructores y Lewis Hamilton como el mejor clasificado no perteneciente a Red Bull. “Este año hemos peregrinado. Empezamos sin un norte, en un constante tic tac, pero hoy tenemos claro a dónde ir. Hemos aprendido de nuestros errores y estamos seguros de que no podemos equivocarnos más. En 2024, volveremos por lo nuestro. Sabemos que aún le debemos un título a Lewis”, afirmó Toto Wolff envalentonado, grandilocuente por haber vencido a esta versión deslucida de Ferrari.
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