El arranque de torneo para León no fue del todo agradable para la afición y los altos mandos del equipo, se pensaba que al retener al experimentado entrenador, Luis Fernando Tena para el comienzo de un nuevo certamen el cuadro del bajío pelearía por la cumbre del torneo mexicano.
Incierto y accidentado fue el accionar del León en las primeras jornadas, la credibilidad en el proyecto del campeón olímpico en Londres 2012 se esfumaba, los buenos resultados no llegaban y la paciencia de los distintos niveles estaba en su punto más álgido.
Tena arribó a La Fiera como reemplazo de Juan Antonio Pizzi, quien atendió en llamado para dirigir a la selección chilena de futbol, una oportunidad que puede seducir a cualquier entrenador. El ex timonel de Cruz Azul tomó su lugar en el Clausura 2016 donde dirigió 13 encuentros; ganó 6, empató 3 y perdió 4, números que aunados a lo cosechado por Pizzi, le dieron Liguilla al León.
En aquella ocasión, el resultado le alcanzó para meterse a semifinales, donde sucumbió ante su ‘hermano’ Pachuca, equipo que saldría campeón y mantiene aún esa etiqueta. La marca impuesta por Tena le dio los créditos suficientes para mantenerse al menos un torneo más, la directiva respaldó a su entrenador.
Los números impuesto por Luis Fernando en el Apertura 2016 fueron pobres; 7 duelos dirigidos, de los cuales sólo obtuvo un triunfo y un empate el resto fueron derrotas, el saldo de Tena terminó por relegarlo del banquillo del León.
Entonces, la incertidumbre abundó en la mente de afición y directiva, se buscaba un hombre que pudiera levantar el barco y sacar al equipo de los últimos lugares, una posible incursión a la fase importante del torneo se antojaba imposible.
Con la mente puesta en el siguiente torneo, los dirigentes del León optaron por un entrenador extranjero, Javier Torrente fue el elegido de un nuevo proyecto que parecía tomaría forma en otra oportunidad pues el presente era deplorable.
El nombre del argentino era nuevo para el balompié nacional, su nulo conocimiento del medio mexicano era un arma de doble filo para el León y una apuesta arriesgada, sin embargo todas las dudas se disiparon cuando éste tomó el mando.
Torrente le cambió el chip radicalmente a los esmeraldas, pues desde el comienzo de su gestión en la jornada 8, al equipo se le veía una cara distinta a la que tenía con Tena, un desinhibido León comenzaba a levantar poco a poco lo perdido hasta el momento.
Su debut le brindó el la segunda victoria del torneo a la Fiera la golear a Atlas 4-1 en casa, luego sorprendió a América de visita 0-2, después 2 empates consecutivos y 3 triunfos al hilo le comenzaron a dar bases al proyecto de Torrente y puntos que lo acercaban tímidamente a los puestos de Liguilla.
El más reciente resultado de León sobre Cruz Azul en la última jornada 2-3 puso al club en los puestos que otorgan ‘fiesta grande’ , además dicho resultado mantiene invicto al técnico, en un repute que podría poner al León como serio candidato, pues regularmente el que cierra mejor llega en mejor forma.
León, de la mano de Torrente recuperó el terreno perdido en el Apertura 2016, ahora peleará por el título cuando esa posibilidad parecía lejana en el bajío, La Fiera entrará en disputa por estampar la séptima estrella en su escudo.