En el arranque del último mercado estival, la directiva del Arsenal se apresuró a anunciar el fichaje de Granit Xhaka (24 años), futbolista que aterrizaba en el Emirates Stadium por expresa petición de Arsene Wenger y tras el pago de unos 45 M€, cifra que le situaba como el segundo fichaje más caro de la historia del cuadro londinense (sólo superado por Mesut Özil).
Aunque por su mezcla de talento y capacidad física, el jugador parecía destinado a erigirse en uno de los nuevos líderes de la escuadra, lo cierto es que siete meses después de arrancar la competición su contribución al equipo es bastante discreta. El helvético acumula un total de 32 partidos oficiales, pero sólo ha logrado ser titular en 16 encuentros correspondientes a la Premier League en los que, además, ha evidenciado un nivel bastante discreto.
Lógicamente, si el jugador no mejora su dendimiento en lo que resta de campaña, los rumores sobre una posible venta comenzarán a sucederse. De momento, el encargado de hacerle debutar con la Selección de Suiza absoluta, el técnico germano Ottmar Hitzfeld, ya se ha encargado de encender la mecha de las especulaciones al indicar que uno de los grandes clubes de la Bundesliga, el Bayern Múnich, no le pierde de vista.
«El Bayern sin duda tiene a Xhaka en el radar. Xhaka es siempre un tema de conversación para los mejores clubes actuales y su desarrollo aún no se ha completado», indicó el también expreparador del cuadro bávaro en declaraciones que recoge Bild.