Así lo anunció la propia Merkel tras una teleconferencia con los jefes de Gobierno regionales en una comparecencia en la que también estuvieron presentes el primer ministro bávaro, Markus Söder, y el alcalde de Hamburgo, Peter Tschentscher.
La decisión sobre la Bundesliga fue unánime, informó Tschentscher.
La Liga Alemana de Fútbol (DFL) deberá decidir si se empieza a jugar el 15 o el 23 de mayo pero es bastante probable que se opte por la segunda fecha, pues los equipos aún están regresando a los entrenamientos normales tras haber estando haciendo prácticas en grupos reducidos.
La DFL ha presentado un plan para poder volver a jugar en medio de la pandemia que incluye la realización de test regulares tanto a jugadores como a personas cercanas a los equipos.
El plan también impone una limitación del número de personas en los estadios y en los alrededores.
La condición para que se pueda reiniciar la Bundesliga es el cumplimiento del plan de prevención de la DFL por parte de todos los clubes y el sometimiento de los equipos a una cuarentena -en forma de concentración permanente- antes de que se reinicien los partidos.
Söder insistió en que para que la Bundesliga puede ser llevada a término se requiere gran disciplina de parte de todos los equipos y dijo que los jugadores que no acaten las medidas deben ser atenerse a las consecuencias.
El político bávaro se refirió concretamente al caso de Salomon Salou, que fue apartado del equipo por el Hertha tras violar algunas medidas y documentar su comportamiento en un video que colgó en internet.
La DFL había convocado antes a una asamblea extraordinaria por videoconferencia, sin agenda concreta, para el jueves en la tarde y es de esperar que el tema central sea el reinicio de la temporada.
La Bundesliga, a falta de nueve jornadas para el final, está interrumpida desde mediados de marzo.
Los primeros ministros y Merkel también abrieron la posibilidad de que en otros deportes de equipo se puedan reanudar, con limitaciones, los entrenamientos al aire libre.