Diez años después de aquel 11 de julio de 2010, en el que España ganó el Mundial de Sudáfrica al vencer a Holanda (1-0) con un gol de Andrés Iniesta en la prorroga, Del Bosque recordó aquellos instantes previos a la final "con un sentido grande de la responsabilidad y nervios contenidos porque había mucho en juego".
"Éramos conscientes de lo que ocurría en cada plaza, barrio o ciudad española y eso también era un motivo de orgullo pero también de mayor responsabilidad. Sé que solo es fútbol, pero hicimos felices a mucha gente", apuntó.
Para Del Bosque aquel éxito se consiguió al tener un "estilo de juego reconocido, buenas relaciones personales en el vestuario, un equipo muy unido y muy buenos jugadores".
"Logramos un equipo unido, duro y muy inteligente. El espíritu se cimentó en una residencia parecida a la del INEF en Madrid y allí fuimos tomando medidas, paso a paso, que cuando las ves como el tiempo piensas que acertamos", confesó.
El exseleccionador español destacó que con aquel grupo se produjo "un mimetismo que fue de arriba hacía abajo porque desde el primer equipo se trasladó un cierto estilo de fútbol con unos chicos que que han sido más que jugadores de fútbol".
Del Bosque, que acudió a un acto de homenaje en Madrid en el décimo aniversario de aquella gesta de la selección española, aseguró que en estos tiempos difíciles en los que sigue latente la crisis sanitaria de la COVID-19 que se pueda "disfrutar del fútbol es la leche".
"Igual que en la crisis de 2010 el fútbol y el deporte generan un poco de optimismo que tanto estaba en la sociedad española. Nosotros en su momento mandamos un mensaje a la sociedad muy positivo porque además vimos a mucha gente identificada con la selección española", señaló.
"Recibimos una idea extraordinaria de Luis Aragonés y lo que intentamos fue hacerlo un poco a nuestro modo, siendo cuidadosos. Yo siempre les dije a los jugadores que ellos debían hablar muy bien del anterior seleccionador", concluyó.