Gremio venció 2-0 a Universidad Católica este martes en Porto Alegre y dio un paso agigantado hacia los octavos de final de la Copa Libertadores-2020, luego de una demostración de pragmatismo y solidez táctica.
Los brasileños hicieron respetar su casa con dos anotaciones del atacante Pepe (47) y el central Rodrigues (63), pese a que cedieron el control de la pelota a los visitantes en el estadio Arena do Gremio.
Con la victoria, los hombres de Renato Portaluppi llegaron a 10 puntos en cinco salidas, seis más que los chilenos, que son últimos del Grupo E.
El resultado de Inter (7) y América (4), que chocan más tarde en Cali, puede definir la suerte del primer clasificado de la zona.
Un empate o victoria visitante en el encuentro del final de la jornada clasifica al Gremio y elimina a los cruzados, que solo podrían aspirar a un cupo en la Sudamericana.
Pragmatismo
Al guía de una expedición solo se le aplaude si llega a buen puerto. A la cruzada chilena la acompañó la iniciativa, pero no la capacidad de abrirse espacio en un mar de veinte piernas gaúchas que impidieron la vulneración de su pórtico.
Sabedores de que hasta el empate los dejaba bien ubicados, los hombres de Renato Portaluppi plantearon un posicionamiento inteligente para mantener las embestidas australes lejos de su arco.
Acostumbrado a atacar sin miedo de las consecuencias, el DT argentino Ariel Holan dio la orden de buscar el resultado a toda costa, pero la muralla brasileña supo repeler las intentonas de los visitantes e incluso hizo vibrar la portería de Matías Dituro.
Aunque ordenada y tácticamente correcta, la Franja sintió el espíritu vital que empuja a una escuadra a mantenerse con vida: empuje, voluntad e intentos de marear al rival, que, para desgracia visitante, no cayó en la trampa.
El tricolor gaúcho contrarrestó, inteligentemente, la necesidad de los australes y llevó su estrategia un paso más adelante. Diego ganó una pelota aérea que recogió Pepe, quien con un derechazo al ras infló la valla local. El mazazo hundió a los cruzados en un agujero negro del que no pudieron escapar.
La calma de la victoria arrulló a ambos equipos, aunque con distintos despertares. En Gremio provocó un deseo de ir por más; en la Católica, la obligatoriedad de procurar un resultado sin un camino claro.
Los brasileños supieron sustituir las bajas de sus centrales, Walter Kannemann y Geromel, contagiados con covid-19. Aunque Geromel ya estaba descartado por lesión, la salida de Kannemann obligó a que el DT improvisara la dupla de David Braz y Rodrigues.
Rezos
La relevancia de Rodrigues fue tan alta, que sentenció el encuentro en momentos en que los australes buscaban, con afán, la paridad. El zaguero suplente remató, debajo del arco de Diturno, tras un centro de Alisson. ¿En qué momento un central se disfraza de centro delantero? En la noche del martes, con Gremio casi clasificado y Católica al borde de la eliminación.
El 2-0 pareció rebobinar el choque al primer minuto. Católica mantuvo el control de la pelota, fiel a la filosofía de Holan, pero sin preocupar en demasía a la gente del Gremio.
El pragmatismo de Portaluppi se sobrepuso, dejando una estela que los brasileños buscan seguir en el Brasileirao, donde están a dos unidades del descenso.
El esfuerzo por la clasificación, que se tradujo en controlar el ritmo de juego, pareció rendir frutos. Gremio supo mantener el resultado y dio pasos grandes a la siguiente fase.
El campeón chileno se juega su última bala de oxígeno en la gramilla de Cali. Gremio ya hizo lo suyo; Católica, como buena religiosa, reza. (D)