Cuando a los veintitantos años, Pilar Jáuregui decidió entregarle su vida a los deportes —primero el tenis, luego el básquetbol y finalmente, el bádminton— no se imaginó que su primera propiedad sería una recompensa por esa infinidad de horas —y de litros de sudor— que les dedica.
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Tras ganar una de las cinco medallas de oro que consiguió la delegación peruana en los Parapanamericanos Lima 2019, Jáuregui, quien nació con una lesión congénita en la cadera, recibió el anuncio de un premio: el Estado peruano a través de Legado le daría un departamento a modo de reconocimiento.
Varios meses después llegó la pandemia a poner de cabeza el mundo y a paralizarlo. La Villa Panamericana fue destinada a auxiliar a los pacientes de covid-19 y debido a ello los 65 deportistas a los que se les prometió un departamento tuvieron que esperar. Fue recién hace una semana, en una ceremonia en el imponente velódromo de Legado, en La Videna, cuando se dio el esperado sorteo de los inmuebles.
A Pilar Jáuregui tiene razones cabalísticas para alegrarse: le tocó el departamento 303, un número que la ha seguido. “En mi colegio, el Salesiano de Puno, yo era la alumna número 30. Es una cábala que tengo. Estoy feliz con el número que me ha tocado. Esperamos mucho tiempo, pero entendíamos que la prioridad era la salud del país. Más allá de recibir algo material representar al Perú no tiene precio”, nos comenta.
La organización dispuso que el tamaño del inmueble varíe de acuerdo a la medalla. Es decir a quienes se colgaron la medalla les corresponde un ‘depa’ de 75 metros cuadrados; a los de plata, 72 metros cuadrados; y a los de bronce, 70 metros cuadrados. En el caso de los paradeportistas no hay distinciones: todos se han hecho acreedores de la casa con mayor amplitud.
“Aún no he pensado si vivir allí o, de repente, alquilarlo. Pero ya tengo algo mío a mis 33 años. A veces me pongo a pensar y digo: ‘qué increíble todo lo que he logrado’”, dice Pilar Jáuregui, visiblemente emocionada. Por ahora, la parabadmintonista vive en el albergue de La Videna, donde cuenta con fisioterapia, alimentación, gimnasio y todo lo que necesita para seguir brillando.
Federico Tong, director ejecutivo de Legado, se siente complacido de haber avanzado con la entrega de los departamentos. “Ha sido una forma de reconocerlos y de apoyarlos, compartimos su alegría que fue muy contagiosa en el sorteo de asignación de departamentos. Estos deportistas nos inspiran a seguir trabajando por tener un mejor Perú”, expresa.
Tong tiene un objetivo claro: convertir al Perú en el hub del deporte mundial. Y sin infraestructura ni incentivos es imposible. “Por lo que significa el deporte y su inmenso poder transformador, a nivel personal y de la sociedad, hemos asumido el desafío de convertir al Perú en el hub del deporte mundial. Estamos en toda la capacidad de serlo y de hacerlo, trabajando juntos, unidos: el IPD, el Comité Olímpico, las federaciones, los deportistas, sus familias y, claro, con el apoyo de todos los peruanos”, agrega.
A sus 24 años, el karateca Mariano Wong tiene la gran oportunidad de independizarse. Medalla de bronce en Lima 2019, Wong asistió a la gala del sorteo junto a sus padres y su abuelo Guillermo Wong, expresidente del Instituto Peruano del Deporte en 1997. A él le tocó el departamento 1201.
“Tengo una vista privilegiada en el piso doce. Eso me gusta. Estoy súper contento. Además estuvo mi abuelo. En este tiempo las ansias me ganaron en algún momento. Es normal. Pero siempre confiamos en la palabra de Legado. Y están cumpliendo”, cuenta Wong.
Según le han explicado, aproximadamente en septiembre iniciará el acondicionamiento de los departamentos. Hay algunas implementaciones y trabajos de limpieza que deben hacerse. Todo indica que a fines de año, en diciembre, se dará la entrega.
Por otro lado, además de la ceremonia, Legado lanzó un landing mediante el cual se podrá darle seguimiento a nuestros exponentes más destacados del deporte. Todo en aras de seguir contribuyendo a la masificación y profesionalización de las distintas especialidades.
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