El Inter Movistar revalidó su título para convertirse en el campeón de la Liga 2014/2015 y el mérito es de todos y cada uno de los jugadores (y miembros de este club). Pero si algo se demostró ayer en el Palacio de los Deportes de Murcia es que este equipo es guiado por el indiscutible mejor jugador de fútbol sala del mundo. ‘O Magico’, como es conocido en este deporte, no sólo vive de la filigrana y del gesto técnico que levanta a la grada, sino de aparecer en los momentos que su equipo más lo necesita. Ayer, cuando todo apuntaba al quinto partido de una final espectacular, con un gran ElPozo dominando 4-1, el portugués se sacó tres goles (ha marcado nueve en esta final) y una asistencia para darle a su equipo su décima Liga LNFS.
Hasta la aparición del mago luso, sobre todo en la primera parte, fue ElPozo el que más hizo para llevarse el encuentro y forzar el desempate. Seguro que mucho tuvo que ver el encontrarse a 7.500 personas abarrotando el Palacio de Deportes murciano un lunes por la noche. Una nueva muestra de que ElPozo puede contar con su afición en las situaciones más extremas. La de este lunes lo era y los de Duda estuvieron a la altura.
Desde el principio fueron a cada balón como si fuera el último. Así lograron adelantarse, por medio de un joven Matteus, una de las apariciones de esta final. El brasileño de la cantera desvió un lanzamiento de Grello para batir a Jesús. Lo mismo hizo Lima, de una forma mucho más estética, en el 2-0, ya que ‘talentino’ lo hizo con un suave taconazo que levantó al Palacio.
Pero aún quedaba partido, mucho partido. Y Cardinal, que hasta entonces parecía más preocupado en pegarse con los jugadores rivales que en aportar a su equipo, recibió un pase de Rafael para anotar el 2-1. Gol que varios jugadores vieron desde el suelo porque cada encontronazo encontraba respuesta.
Uno de ellos era Álex, que lo mismo se encara con medio equipo rival que se inventa una obra de arte. Ha firmado varias en esta final. La última, tras gran jugada de Grello, fue una volea que puso en la escuadra. ElPozo estaba mejor y Bebe lo confirmó anotando el 4-1, de doble penalti. Pero el Inter se resistía a despedirse del partido y, como tantas veces desde que llegara hace dos temporadas, volvió a encomendarse a Ricardinho, que a los pocos segundos ya había marcado con un punterazo tras jugada personal.
El partido marchaba a una velocidad vertiginosa y el descanso no iba a cambiarlo. A los 33 segundos de la reanudación, Pola se apoyaba en Ricardinho, este le devolvía de tacón, y el gallego anotaba el 4-3. Fue entonces cuando ambos bajaron una velocidad. Quizá por cansancio. También porque ni ElPozo quería terminar de perder la ventaja, ni el Inter volver a alejarse, si bien seguía por debajo en el marcador y estaba obligado a tomar el mando.
ElPozo, por su parte, se apoyó en un tremendo Rafa en portería. Así se llegaron a los últimos minutos, donde Velasco sacó al portero-jugador y Ricardinho, magia de su chistera. Primero, para batir por el palo corto a Rafa y empatar el partido y, a los pocos segundos, para aparecer por el centro y decidir la final con un tiro ajustado que silenció a un Palacio que no dejó de creer. E hizo bien, porque a falta de 26 segundos un disparo se estrelló en el larguero. Sólo la rápida intervención de Herrero evitó la prórroga y demostró que todos han sido importantes en este título. Aunque uno, Ricardinho, haya brillado más que nadie.