"Grábatelo, nunca podrás ser un Julio César Chávez, me vale madre tu pinche dinero, nunca vas a ser mejor que yo", le advirtió a las primeras de cambio el hijo del legendario ex campeón mexicano a Saúl Álvarez y se mantiene firme. No hay más. Chávez Carrasco no está dispuesto a dejarle el escenario al Canelo.
"No tengo corajes personales, solo quiero ganarle y demostrarle que vive en una realidad que no es la suya, si pelea conmigo es por dinero, pero servirá para que la gente tenga a un boxeador de verdad para seguir en el futuro", declaró el Junior.
En una nueva faceta, a la que integró al entrenador miembro del Salón de la Fama, Ignacio Beristáin, Julio quiere demostrar que en el pasado quedó ese peleador que dejó escapar varias posibilidades por desidia.
"La vida te pone en tu lugar, veo las cosas diferentes, cada pelea puede ser la última y la disfruto, perdí el rumbo, las derrotas que sufrí me quitaron el hambre, pero las críticas y la oportunidad de este duelo me ayudaron a despertar, Nacho es un gran complemento, es la esencia del boxeo mexicano, lo que necesito en mi esquina", abundó el sinaloense, que en sus últimas cinco salidas tiene cuatro victorias y una derrota.
Asegura que sin importar los detalles deberá imponerse a Álvarez, porque no quiere que un peleador con el que "normalmente se sabe quién ganará antes que suba al ring" siga a la cabeza del boxeo mexicano.
"Es una rivalidad deportiva, que está bien para México, pero no tengo nada en su contra, esta pelea servirá para que la gente se dé cuente quién es quién y pueda seguir al que gane con la seguridad que es el mejor", sentenció Julio, a quien no le preocupa arriesgar su futuro.
Pero la presión de ser un Chávez siempre estará latente, y aunque el Junior toca pocas veces el tema, su tío Rodolfo aseguró que es un factor importante para la cita del sábado.
"Es una pelea que Julio no puede perder y lo sabe, pero la presión que ejerce el padre es mucha, es perfeccionista y no lo deja, quiere que entrene por las mañanas y por las tardes, y se enoja cuando lo hace en otros momentos, además siempre quiere que tire todo perfecto, que no falle; le exige demasiado", reveló Rodolfo, quien regresó a la esquina de su sobrino, luego de 23 encuentros fuera.
Julio, quien instaló su campo de entrenamiento lejos de las distracciones, sabe que un sacrificio termina por pagar y resaltó la importancia de regresar en grande a Las Vegas, para demostrar que con el apellido Chávez, no se juega.
La presión de un Chávez
Ignacio, miembro del Salón de la Fama, ha trabajado con al menos 25 campeones mundiales, entre ellos Gilberto Román, Melchor Cob, Eric Ortiz, Jhonny González, Víctor Rabanales, Ábner Mares, Juan Manuel Márquez, Rafael Márquez, Juan Carlos Salgado, Jorge Arce, Ricardo López, Miguel Ángel González, Guty Espadas Jr., Óscar de la Hoya, Alfredo Angulo, José Luis Bueno, Enrique Sánchez, Jessica Chávez y Rey Vargas.
De realeza boxística
Chávez Jr. es de una familia con gran peso en el boxeo internacional y siguió los pasos que dejó su padre, Julio César, además de su tío, Rodolfo; otro que se incorporó a la estirpe fue su hermano Omar.