Una casa de locos liderada por un "centrado" Manziel
Los Browns son como un hijo favorito echado a perder. Un buen recuerdo que muchos aficionados a la NFL suspiran por que vuelva a sacar matrículas, y regrese a su puesto entre los mejores de la clase de una maldita vez. No sé si es añoranza de un pasado mejor o puro esnobismo, pero de alguna manera se han convertido en un lunar molesto. Una nota discordante que nunca suena cuando debe.
Por eso, en los últimos dos años muchos analistas han repetido, más como súplica o deseo que como hecho real, el viejo grito de que venía el lobo refiriéndose a los Browns. E incluso llegamos a creérnoslo. Sobre todo porque su plantilla iba engordando muy poquito a poco con buenos jugadores que empezaban a darle empaque. Pero inevitablemente, año tras año, un equipo que necesitaba desesperadamente un draft prodigioso en el que encontrar los líderes que apuntalaran el proyecto, se hacía el harakiri en cada primera ronda. En 2012 eligieron a Trent Richardson y Brandon Weeden, en 2013 a Barkevious Mingo, en 2014 a Justin Gilbert y Johnny Manziel. Sobran las palabras. No se puede hacer menos con más. Cinco petardazos como cinco soles. Pleno.
Pero ni siquiera ese desperdicio de primera rondas es el mayor problema de la franquicia. Es mucho peor la sensación de que dentro de los despachos reina el caos. Que a Jimmy Haslam, el propietario, le gusta meter baza en el vestuario, que Ray Farmer, el general manager, manda mensajes por teléfono al entrenador durante el partido para decirle lo que tiene que hacer y a quién tiene que alinear, que Kyle Shanahan, ex coordinador ofensivo, huye despavorido porque no le dejan hacer su trabajo, que Johny Manziel, alias “Football”, alias “Fiesta”, alias “Filfa”, pasa más tiempo en clínicas de desintoxicación que entrenando. Un “Hall of famer” de la noche aspirante a liderar la resurrección de un club histórico que se ha quedado sin crédito.
A pesar de todo, en 2014 llegaron a estar con un récord 7-4 y serias aspiraciones para entrar en los playoffs, pero un trabajo bien hecho durante casi tres meses se fue al traste cuando Hoyer se creyó más de lo que era, Josh Gordon volvió como un mesías reconvertido en anticristo, Manziel puso de moda la vida loca y los mensajes de móvil comenzaron a echar humo.
Y qué queréis que os diga. En 2015 ahí seguirán a su bola con Haslam queriendo meter mano, Farmer con su móvil, Manziel con su farra y Mike Pettine, ¡un héroe!, resignado mientras intenta poner sensatez en esa casa de locos. Que Dios nos coja confesados.
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Las tres claves del equipo por Antonio Magón
1 Que no se hable de “Johnny Football” sino de Jonathan Manziel. Lo que menos necesita este equipo es pasar otro año con controversia en el puesto de QB. Si deciden confiar en McCown, evitar que sea cuestionado continuamente. Si entienden que Manziel ha evolucionado como esperaban y se decantan por él, hacerlo con todas las consecuencias dándole todo su apoyo.
2 Que el front-seven demuestre que es capaz de contener la carrera. El año pasado fue una sangría que deslució la buena actuación colectiva en otras áreas. Con un ataque tan cuestionado, deberán tirar del equipo, evitando que el rival controle el partido y que la ofensiva tenga que arriesgar. A falta de jugadores de renombre, las rotaciones serán fundamentales
3 Que dejen trabajar a Pettine sin injerencia de la directiva en labores técnicas. Su proyecto no es para este año. Está renovando el backfield y la defensa con jóvenes que necesitan un periodo de adaptación. Si no llegan los resultados, no deben perder los nervios y optar por la opción fácil que supone un nuevo cambio de QB, que al final no conducirá a nada.
Lo mejor
1 Una extraordinaria secundaria contra el pase sobre la que edificar.
2 Su línea ofensiva, de lo mejor de la liga, les permitirá imponerse en las trincheras.
3 No tener playoffs como objetivo debería permitirles jugar sin atenazarles la presión.
Lo peor
1 Una situación tan inestable en el puesto de QB que puede alterar al resto del equipo.
2 Su mediocre cuerpo de receptores no es lo más indicado para la confianza de los QBs..
3 Están encuadrados en una división tremenda para un equipo en construcción.