El anhelo de conquistar la séptima estrella rondaba la casa ‘cardenal’, los bogotanos hinchas del equipo rojo y blanco estaban a 90 minutos de ponerle fin a 37 años de espera. El 1-1 en el estadio Libertad de la capital de Nariño había dejado la serie abierta, pero Santa Fe cerraba en casa, acompañado de su afición, y eso le podía dar ventaja.
Deportivo Pasto luchó no solo contra los 11 ‘leones’ que estaban en la cancha, sino que además lidió con los cerca de 40 mil hinchas que ‘rugieron’ como nunca desde las tribunas de El Campín.
El escenario de la fiesta se pintó de rojo y blanco. Estuvieron presentes el abuelo que vio campeón a Santa Fe por primera vez en 1948, el padre que festejó el título de 1975 y el hijo que añoraba ver la vuelta olímpica; eran tres generaciones a la espera de un mismo sueño, con la ilusión de festejar hasta el éxtasis luego de tantos años de frustraciones.
La ansiedad se apoderó de los aficionados con el partido. Deportivo Pasto llegó dispuesto a llevarse el título, pero un cabezazo de Jonathan Copete desató el nudo de angustia y le dio paso a una felicidad intensa en la que se mezclaron risa, llanto, gritos, saltos. Los 40 mil espectadores hinchas presentes en El Campín se abrazaron, fueron uno solo e hicieron temblar el escenario.
La magia del argentino Omar Pérez encantó. El ‘10’ envió un pase perfecto al área, levantó un cobro de tiro libre y se lo puso perfecto a Copete, quien se elevó a lo más alto para darle la gloria del título a los santafereños y marcar el gol del triunfo 1-0.
“El volveremos, volveremos… Volveremos otra vez. Volveremos a ser campeones como la primera vez”, no cesó hasta que el árbitro dio el pitazo final. Y la séptima estrella cayó del cielo para iluminar a toda la familia ‘cardenal’. Acabaron los 37 años de espera. Hubo júbilo: Santa Fe volvió a dar una vuelta olímpica en casa. El 15 de julio de 2012 quedó en las páginas doradas de la institución. Fue un día memorable, en el que regresó la gloria.