10/05/2024

Salgado "A cualquier país le gustaría tener a un Montoya”

Jueves 16 de Julio del 2015

Salgado

Juan Carlos Salgado es un periodista colombiano que siguió al piloto por EE.UU. y Europa. Ahora lo ve más maduro y con muchas chances de ser campeón de IndyCar.

Juan Carlos Salgado es un periodista colombiano que siguió al piloto por EE.UU. y Europa. Ahora lo ve más maduro y con muchas chances de ser campeón de IndyCar.

Como periodista de El Espectador, Salgado acompañó la carrera de Juan Pablo desde que era kartista. Olfateó sus condiciones y siempre lo tuvo presente en sus reportajes en formato breve y más tarde cuando conquistó las pistas internacionales en las primeras páginas del diario nacional.

Es uno de los pocos que lo siguió por Estados Unidos y por Europa para relatar de primera mano lo que acontecía cada vez que el bogotano ponía en marcha el motor de los distintos monoplazas en los que compitió y llevó al límite el acelerador. Una travesía en la que conoció su costado más humano y su generosidad en múltiples anécdotas en que comparte con AS Colombia.

¿Qué esfuerzos hizo para ver a Juan Pablo Montoya en la F1?

“Cuando él empezó a correr aquí, el automovilismo era poco relevante. Los deportes con prioridad eran el fútbol y ciclismo. Yo lo conozco desde que era kartista y noté que marcaba diferencia; cualidades que advertí en el periódico. En algún momento me tildaron de ‘loco’ porque nadie creía que iba a llegar la F1.

Lo seguí en la Fórmula Renault, en su paso a la Barber en EE.UU., su paso a Europa y CART. Cuando llegó a la F1, quise saber más de la categoría y le propuse a El Espectador hacer el cubrimiento periodístico. Planteé que me pagaran sueldos, viáticos y yo puse mis propios recursos para los transportes. Aceptaron y seguí la temporada europea de Juan Pablo Montoya. Fue una gran experiencia.

En esa época estuve dispuesto a dormir en hoteles de bajo presupuesto, en buses, trenes, a rebuscar dónde quedarme. También me apoyaron Germán y Diego Mejía, radicados en Europa. Me ayudó mucho, Pablo Montoya, padre de Juan Pablo, quien me prestó su apartamento en Madrid una semana, y además me regaló gorras y viseras autografiadas para que yo las vendiera a las afueras del autódromo en Bélgica a los fans”.

¿Cómo fue su primer acercamiento con Montoya?

“Él tenía ocho, nueve años. Conocí a su papá con quien entablé una relación de confianza. Él sabía que la prensa era clave para llevarlo a la F1. En el kartódromo de Cajicá fueron sus primeras carreras, siempre fue inquieto. Su principal rival era Jaime Guerrero, hermano de Roberto José. Pienso que Jaime no tuvo la suerte de llegar tan lejos, pero era uno de los grandes pilotos del país”.

¿Cuál cree que ha sido el cambio más notable que ha tenido profesionalmente Montoya?

La mejor versión la estamos viviendo ahora. Es un piloto más maduro. En IndyCar se dio cuenta que a veces hay que mantener la calma en algunas situaciones para lograr el campeonato. Su fogosidad lo llevó a ser uno de los mejores pilotos del mundo. Ahora toma decisiones en el momento adecuado, pero igual, el Montoya impertinente es criticado.

Pienso que el gran cambio se da cuando llega al equipo de Chip Ganassi porque sus condiciones se transforman, especialmente económicas. Cuando voy a su primera carrera en Estados Unidos noto un cambio en su manera de ser. Ganassi no es un tipo querido, tiene malos modales, las condiciones y comodidades (apartamento, carro, escoltas) que le dio, hicieron que él cambiara su personalidad. Ganassi lo cambia de forma negativa. A Juan Pablo lo prepararon para correr y ganar, creo que él no entendió que detrás de todas esas carreras venía la fama y que esto trae otras cosas.

Yo aconsejo a la gente que vea a Montoya en la pista, que es en donde mejor se desenvuelve. En Colombia magnificamos lo negativo. Lo que ha hecho él para el deporte colombiano es importantísimo, a cualquier país del mundo le gustaría tener a un Juan Pablo Montoya”.

Ahora es más abierto a sus fans, ¿a qué se debe este cambio?

Está disfrutando lo que hace, su familia, sus hijos. Ya tiene familia y su norte cambia. La tecnología también ha servido para demostrar acercamiento a sus fans, también creo que hace parte de la madurez, en la que se da cuenta que se debe a las personas, que lo apoyan y le dan aliento en los momentos difíciles.

Antes recibía solo información de la prensa que resaltaba sus cosas negativas y no lo positivo, como lo es como deportista. Encuentra en la tecnología una nueva posibilidad de acercarse a sus fans.

¿En qué categoría cree que se ha sentido mejor?

En la CART. Llega como novato, consigue resultados, gana las 500 Millas. Si bien su objetivo era la Fórmula 1, Montoya se desencanta de muchas políticas que se viven allí dentro. Nadie puede desconocer la historia que tiene la máxima categoría, pero si usted ve las carreras de hoy en día son aburridas, se necesita que vuelva a su esencia, como lo es la competencia en la que se destaca el piloto y no la máquina. Se adaptó mejor en Estados Unidos que en Europa. En F1 su mejor momento fue en Williams”.

Él ha dicho que junto a Germán y Diego Mejía, usted fue de los pocos periodistas que lo acompañó en la F1, ¿siente que la relación prensa colombiana - piloto ya cerró heridas?

No es fácil. Las heridas se sanan con el tiempo. Él siente algún tipo de resentimiento con los hechos de la prensa colombiana. Como cuando llegaron los otros colombianos a IndyCar y un medio tituló: “No voy a ayudar a los colombianos”, cuando lo que quiso decir, es que se debe pensar en buscar la gloria individual en pista a su manera. Esas malinterpretaciones son las que crean esa barrera.

Diego y Germán se la jugaron con Juan Pablo, se fueron a vivir a Europa solo por acompañarlo y ser parte de ese grupo que aconseja y apoya en los momentos difíciles.

Creamos la cercanía y la confianza suficiente para que reconozca que nosotros lo apoyamos en las buenas y en las malas durante su carrera. Juan Pablo lo tuvo todo para ser campeón de la F1, pero muchos desconocen esas incomodidades que lo alejaron de la categoría y las prioridades familiares que lo llevaron seguir su carrera en otro continente”.

Montoya nunca se ha ido, siempre ha estado ahí, pero con su actual actuación en Indy, ¿estamos ante una segunda oportunidad para que revivan los fans del automovilismo colombiano?

“Él nos enseñó a ganar. Quizás a los que nos ha faltado aprovechar ese buen momento es a los medios de comunicación. Yo comencé haciendo breves de Montoya y en esa época de la CART terminé haciendo separatas de 11 hojas. Ahora están las redes sociales como alternativa y a través de ese medio se puede revivir esa fiebre.

Deberíamos aprovechar su figura para el bien del automovilismo colombiano. Estamos perdiendo una oportunidad porque difícilmente volveremos a tener pronto un piloto de ese nivel. Si Montoya no hubiera existido pocos en Colombia serían fans del automovilismo mundial”.

Para usted, ¿cuál es el rival que ha puesto en aprietos a Montoya?

“Juan Pablo ha dicho que Jaime Guerrero es un “berraco”. Jaime era un excelente piloto que no pudo llegar más alto por diferentes circunstancias.

Por lo mediático no debemos olvidar la rivalidad Montoya-Schumacher porque los medios lo queríamos así; Juan siempre ha dicho que corre para ganar sin pensar en los demás, a Schumacher lo puso en el mismo nivel de los demás pilotos a vencer.

Otro rival que le compitió mano a mano fue Michael Andretti, piloto del Newman/Hass Racing, con quien en la Serie CART en las 500 Millas de Michigan hizo una carrera de infarto, lado a lado hasta el final. En esa categoría Montoya corrió bajo observación por los enfrentamientos que tuvo con Andretti. Al final de la temporada su rival fue el escoces Dario Franchitti. En la categoría de la Formula 3000, el alemán Nick Henfield fue su gran rival. Montoya decía que sus primeros rivales eran sus compañeros de equipo”.

Quedan cuatro carreras de la Indy, ¿lo ve como campeón de la categoría?

“Veo muy sólido a Juan Pablo y está manejando con inteligencia este campeonato. Está en un equipo ganador como lo es Penske y tiene la madurez suficiente, tiene las condiciones para ser campeón de la IndyCar. Su objetivo no es ganar carreras sino conseguir el título, cuando tenga la oportunidad de ganar lo va a hacer”.

¿Qué opina del óvalo de IOWA?

“Juan Pablo en óvalos es un especialista. Él está viendo cómo se están moviendo sus rivales, en este tipo de pistas los accidentes son frecuentes, pienso que el objetivo es el campeonato, su estrategia es la de manejar con inteligencia este tipo de carreras”.

 Hablemos de su vida personal…

¿Qué curiosidades puede contar fuera de la pista?

“Cuando yo estaba en Europa llegaba un receso de Fórmula 1 y me encontraba en Alemania. De repente se me acerca -“Juan Carlos, ¿qué va a hacer después de esta carrera?” Le respondí que iba a Madrid a sacar la visa para poder ir al GP de Hungría; él me dijo que me prestaba su apartamento para poderme quedar. Pasó el fin de semana del Gran Premio de Alemania, donde él era líder, y justo Montoya tuvo un problema mecánico que le obligó a abandonar. Después me acerque a pits para preguntar qué había pasado y lo primero que me dice es “¿tiene una libreta? Y me anota la dirección de su apartamento para poderme hospedar en Madrid.

Otra anécdota fue en su debut en IndyCar. Me encontré a un Juan Pablo serio y diferente que no quiso darme una entrevista. Sorpresivamente, unos días después, se me acerca y quiere que lo entreviste, son actitudes variables. Montoya es una persona noble, como padre es inmejorable, está viviendo una gran etapa con su familia y esposa”.

Gustos y hobbies

“Juan Pablo es un tipo de momentos e interactivo. Ahora está con la fiebre de la bicicleta. También le gustan los aeromodelos (aviones). El golf ha sido una de sus pasiones, incluso jugó con Camilo Villegas un par de partidos. Los videojuegos hacen parte de sus hobbies, al igual que las motos y deportes náuticos. Como él dice, “tiene muchos juguetes”. Lo de comer hamburguesas es un gusto, pero por su preparación física esa parte ya no la puede practicar”.

Usted fue uno de los selectos invitados al matrimonio en Cartagena. Finalmente, ¿qué le regaló?

“Le regalé unas figuras en plastilina de Connie y de él que envolví en papel periódico junto a unas notas y artículos que hice desde el inicio de su carrera”.

¿Quiénes son sus mejores amigos?

“Jaime Guerrero. Pienso que él ha sido uno de sus grandes amigos, quien ocupa un lugar importante en su corazón. En algún momento, Felipe Triana, ex jefe de prensa y Gonzalo Mejía compartieron grandes momento de su vida, este último estaba muy pendiente de él en las diferentes pistas del mundo. Germán y Diego Mejía aparecen como en las amistades profesionales”.

Pilotos colombianos revelación: para usted, ¿qué piloto contemporáneo podría suceder a Montoya?

“Hacer lo que hizo Juan es muy complicado. En cuanto a F1, luego de Roberto José Guerrero y Juan Pablo Montoya, pienso que la lista de pilotos talentosos se ha decantado.

Creo en las capacidades de Óscar Tunjo, quien está en la GP3. En este negocio se requiere mucho dinero y pienso que es uno de sus obstáculos. Tunjo tiene 19 años, me parece que podría llegar si tiene la suerte, el dinero y el apoyo.

Julián Leal está en GP2, pero no sé si podría llegar. Los pilotos de IndyCar están bien posicionados; sin embargo, volver a la Fórmula Uno es complicado. Gabby Chaves es un piloto con mucha proyección y futuro, Carlos Muñoz probó en Europa sus capacidades.

Es difícil decir que alguien iguale a lo hecho por Montoya, lo importante es que tenemos excelentes pilotos que están aprovechando la puerta que él abrió internacionalmente en el automovilismo”.

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