La primera derrota del Girona en Montilivi en este 2015 no pudo tener peores consecuencias. La plantilla rojiblanca acudió ayer por la mañana al estadio para recoger sus pertenencias y empezar así unas vacaciones amargas. El ascenso a Primera se ha escapado en dos ocasiones esta temporada de la forma más cruel, pero ya no hay marcha atrás.
A partir de ahora deben empezar a sentarse las bases de la próxima temporada y en los siguientes días los nuevos propietarios se presentarán en sociedad y marcarán la línea a seguir. Eso sí, la línea deportiva la liderará un Quique Cárcel que hace días que trabaja en la planificación de la plantilla. Y no le queda otra porque “muchos jugadores se han hecho un nombre en el mercado”, dijo, y aunque quiere mantener el bloque, “será complicado”. 11 jugadores tienen contrato, pero algunos como Becerra tiene una cláusula de rescisión asequible (400.000 euros). A los cedidos se les da por perdidos: Cifuentes, Íñiguez, Ramalho, Cristian Gómez y Alfonso. Los dos primeros ya se despidieron ayer.
En cuanto a los que acaban contrato será complicado convencer a futbolistas como Sandaza y Richy. Primera las abre las puertas y es un caramelo demasiado goloso. Aún así ninguno quiso decir adiós porque mientras Sandaza dijo que "siempre tendré a este club en mi corazón y no sé qué va a pasar", Richy adelantó que "si sigo en Segunda A, mi prioridad es el Girona". Jorge Palatsí, David Juncà, David García, Jandro Castro, Juanlu Hens y Gerard Bordas también acaban contrato y a algunos de ellos ya se les ha comunicado, como a Juanlu y David García, que no se le va a presentar la oferta de renovación. En cuanto al técnico, Pablo Machín explicó que tiene pensado cumplir el año de contrato que le resta. Con él, el modelo está a salvo.