Sin Shinsuke Nakamura, Samoa Joe, Finn Bálor o The Revival, y sin Ryan Ward como su principal creativo, en los primeros meses de 2017 se cirnieron dudas sobre el futuro de NXT, que durante dos años fue el estándar de lo que debería ser el producto de WWE. Sin embargo, Los TakeOver de San Antonio, Orlando y Chicago han pasado y ahora podemos augurar una nueva Edad de Oro en NXT.
Las bajas que la marca amarilla sufrió en el transcurso de 2016 y 2017 con los usuales ascensos, además del impacto del Draft en la separación de marcas, llevó a que el sistema de desarrollo, por su misma naturaleza, perdiera a sus principales figuras. NXT se había convertido en la Meca de los independientes, pero ya no tenía el mismo poder estelar. Las nuevas caras no tuvieron tiempo de darse a conocer cuando ya eran llamados a relevar a sus predecesores.
A esto se sumó la pérdida de atractivo del show semanal de NXT, que dejó de ser un espectáculo en sí mismo para convertirse en un programa ligéramente monótono, que servía apenas como antesala para los TakeOver.
Esta tendencia ha cambiado en las últimas semanas y ahora hay claras señales que indican que estamos a puertas de la nueva Edad de Oro en NXT. No hace falta más que ver lo que ha ocurrido en los últimos miércoles, primero con Strong vs. Itami, luego con la triple amenaza femenil y más recientemente con Ohno vs. Black, encuentros que han vuelto a emocionar a los espectadores.
Con Bobby Roode como el principal rudo, y actual soberano de la marca, los técnicos han tenido oportunidad de brillar. Hideo Itami finalmente tuvo su oportunidad titular y, tras ser derrotado, ha logrado enriquecer su personaje. Kassius Ohno parece ser un maestro para los más jóvenes y Roderick Strong ha evolucionado como ninguno gracias a las viñetas que finalmente le dieron un personaje.
Detrás de ellos se encuentran Aleister Black y Drew McIntyre, ambos increíblemente talentosos y populares, de seguro las caras de la próxima etapa de NXT. En cuanto a los rudos, la oferta es más reducida y sólo Andrade “Cien” Almas, con mucha dificultad, parece estar encontrando su lugar.
La división femenil también pasó por un periodo de estancamiento, que coincidió con el reinado de Asuka. Sin las Cuatro Jinetes, la nipona se quedó sin competencia, sus compañeras estaban demasiado verdes como para parecer en condición de igualdad y la división cayó en la monotonía. Ahora, las mujeres han resurgido y Asuka por fin ha encontrado rivales dignas. Los nuevos rostros han surgido en dos sentidos, el luchístico y el del entretenimiento, en el primero tenemos a Nikki Cross y en el segundo a el Iconic Duo de Peyton Royce y Billie Kay. A su manera, ambos actos han recuperado la atención hacia la división.
Se notará la ausencia de Ember Moon, y es que aunque la empresa ha puesto muchas esperanzas en ella, hasta la fecha no ha brillado particularmente más allá del espectacular Eclipse. En cambio, este autor propone en el plazo de un año a Sonya Deville como un nombre para tener en cuenta.
La nueva Edad de Oro de NXT no parece tan clara en la división de parejas, que ha tenido un desarrollo inverso. Cuando Sami Zayn, Kevin Owens, Finn Bálor y Neville competían por el Campeonato NXT, las parejas pasaban por un mal momento. Luego, cuando estos se fueron, las parejas brillaron con American Alpha, The Revival, #DIY y The Authors of Pain. Ahora, sólo estos últimos quedan y tienen por delante el reto de demostrar que no eran sus rivales quienes los hacían lucir bien. Quizá todo dependa del regreso de TM-61.
Quizá parezca un detalle menor, pero el ambiente de NXT podría también verse energizado por la nueva mesa de comentarios. Mauro Ranallo y Niguel McGuinness estarán juntos, con Percy Watson como tercero en discordia. Estas dos voces expertas podrían ser capaces de convertir una buena lucha en algo grandioso.
Con Bobby Roode, sus próximos retadores y el hipotético futuro reinado de Drew McIntyre (que predigo para Brooklyn); las nuevas rivales que se ciernen sobre Asuka; y la esperanza de que AOP mantengan su buen ritmo, podríamos ver la nueva Edad de Oro en NXT tras varios meses en declive. Esta semana tendremos a Asuka y Nikki Cross en un Last Woman Standing y siete días después a Bobby Roode vs. Roderick Strong por el Campeonato NXT. Quizá sea muy pronto para decirlo, pero hay que estar atentos.